Obstrucción Urinaria en Gatos Machos

Associated Terms:
Gato Bloqueado, PU, Uretrostomía Perineal

Resumen

Los gatos machos pueden desarrollar fácilmente una obstrucción de la uretra que es el tubo que drena la orina de la vejiga hacia el exterior por el pene. Las obstrucciones con frecuencia son resultado de tapones de material inflamatorio, mucosidad, cristales, pequeñas piedras (llamadas cálculos) que se han formado en los riñones y han pasado a la vejiga (consulte cálculos urinarios). La causa de los materiales inflamatorios y la formación de cálculos no se conoce bien, aunque las infecciones víricas y la dieta podrían desempeñar un papel. También se han registrado otras causas como cáncer, lesión previa que provoca cicatrización y traumatismo. La esterilización temprana de los gatos no provoca una reducción del tamaño de la uretra, como en algunas otras especies.

Manifestaciones Clínicas

La mayoría de los gatos afectados tienen entre 1 y 10 años. Las manifestaciones clínicas pueden variar de leves a graves. Inicialmente, los gatos pueden mostrar signos de inflamación de las vías urinarias e incomodidad, que incluyen dificultad para orinar, micción frecuente, sangre en la orina, micción dolorosa y micción inadecuada (orinar fuera de la caja de arena).

Estos episodios pueden resolverse en 5 – 7 días, pero reaparecen en muchos gatos en 6 – 12 meses. Los síntomas son profundos y potencialmente mortales si se produce una obstrucción completa y no puede salir la orina del cuerpo. Una vez que los gatos presentan una obstrucción completa, posiblemente intenten orinar en la caja de arena, pero no producirán ninguna orina. Es posible que el gato llore, se mueva inquieto o se esconda debido a las molestias y, con el tiempo, perderá el apetito y se volverá letárgico. Una obstrucción completa puede causar la muerte del gato en 3 – 6 días. Un gato con una obstrucción uretral tendrá una vejiga grande y dolorosa que se puede sentir fácilmente en la mitad posterior del vientre, salvo que la vejiga se haya perforado.

Se han evaluado algunos factores de riesgo de la enfermedad de las vías urinarias inferiores en los gatos. Se descubrió que tienen más riesgo los gatos que comen alimentos secos, se mantienen en interiores, tienen conductas nerviosas/asustadizas/agresivas, tienen estrés y viven en casa con varios gatos. La incidencia de obstrucciones urinarias es aparentemente superior en los meses de invierno. La inflamación de la vejiga que provoca tapones de mucosidad (en ocasiones llamado “síndrome urológico felino” o “FUS”, por sus siglas en inglés) es más frecuente en gatos machos. Las externalizaciones congénitas de la vejiga (“divertículos vesicouracales”) pueden aumentar el riesgo de infección de la vejiga, pero también pueden ser resultado de una inflamación crónica.

Diagnóstico
Figura 1: Uretrografía con contraste de un gato. El contraste blanco esboza la uretra. Tenga en cuenta el diámetro estrecho de la uretra peniana (hacia la derecha de la imagen) en comparación con la uretra pélvica (en el centro de la imagen).

En gatos con signos de inflamación de las vías urinarias, se evalúa un análisis de sangre para comprobar la función renal y determinar si hay alguna evidencia de infección u otra enfermedad sistémica. Se evalúa una muestra de orina para detectar la presencia de cristales y puede enviarse para realizar un cultivo, aunque las infecciones bacterianas de la vejiga son poco frecuentes en gatos. En gatos con infecciones recurrentes, pueden obtenerse radiografías del vientre para ver si hay cálculos (piedras) u otros materiales presentes en los riñones o la vejiga (figura 1). Su veterinario de atención primaria puede inyectar material de contraste en la vejiga durante las radiografías para ver si hay alguna causa anatómica de la dificultad para orinar y la orina con sangre, tal como un defecto de la pared de la vejiga o un estrechamiento de la uretra.

Tratamentio
Figura 2: Cálculo (“piedra”) retirado de la vejiga de un gato.

Los gatos que tienen una obstrucción urinaria necesitan un tratamiento de emergencia. Se necesita sedación o anestesia general en todos los pacientes, menos en los más enfermos, para permitir la colocación de una sonda en la uretra para irrigar el tapón hasta que salga o forzar el cálculo a que vuelva a la vejiga. La vejiga se irriga y drena abundantemente a través de la sonda para eliminar cualquier sedimento restante. La sonda urinaria se deja colocada habitualmente durante unos días hasta que disminuye la hinchazón uretral. Una vez que se elimina la sonda, se evalúa al gato para asegurarse de que puede orinar libremente antes de darle de alta del hospital. El veterinario también puede recetar analgésicos, un cambio en la dieta para disminuir la tendencia a formal cristales y otros medicamentos para que el gato se sienta más cómodo y ayudarle a relajarse.

En gatos con cálculos de vejiga que pueden irrigarse hacia el interior de la vejiga, se realiza una cistotomía (abertura quirúrgica de la vejiga) para eliminar los cálculos (figura 2). La cistotomía también se realiza en gatos con externalizaciones congénitas de la vejiga (“divertículos vesicouracales”).

Si la obstrucción reaparece o no se puede aliviar, debe realizarse un estudio diagnóstico detallado (incluidos cultivos radiografías y estudios con contraste de la vejiga y la uretra) antes de considerar la cirugía.

Si el gato presenta varios bloqueos que no pueden solucionarse o tratarse médicamente, y no tiene ninguna enfermedad subyacente que pudiese provocar la reaparición, el veterinario podría recomendar una uretrostomía perineal (“PU”) o ensanchamiento quirúrgico de la uretra. (Figura 2) Este procedimiento busca proporcionar una abertura permanente que permita que los cristales, tapones de mucosidad o pequeños cálculos salgan por la uretra; esto minimiza la posibilidad de que se produzcan nuevas obstrucciones.

Cuidado Posteriores y Evolución
Figura 3: Debido a una disección incompleta, este gato desarrolló un estrechamiento de la abertura uretral (flecha). El gato tuvo infecciones de las vías urinarias y dificultades para orinar recurrentes; estos problemas se resolvieron una que la uretrostomía se reparó adecuadamente.

Se puede utilizar una caja (para deposiciones) con material granulado o papel durante varios días después de la cirugía. Los gatos que tienen una hinchazón intensa o fugas de orina bajo la piel pueden necesitar la colocación de una sonda urinaria durante 2 – 3 días. Se deja puesto al gato un collar isabelino durante 10 – 14 días después de la cirugía para evitar los traumatismos autoinflingidos que son devastadores para el resultado de la cirugía. En algunos gatos, se utilizan suturas absorbibles en el sitio de la cirugía, mientras que otros pueden recibir suturas no absorbibles que hay que quitar en 10 – 14 días. Se debe revisar a los gatos a intervalos regulares después de la cirugía.

Después de la cirugía, algunos gatos tendrán hemorragia o hinchazón. Se puede estenosar (cicatrización y estrechamiento) el sitio de la uretrostomía si el gato provoca un traumatismo en el sitio de la cirugía o con una disección incompleta o pérdida de orina bajo la piel (figura 3). Esto puede provocar la reaparición de los síntomas o un bloqueo completo. Se producen infecciones de las vías urinarias bacterianas en un 25 % de los gatos en el primer año después de una uretrostomía perineal. La uretrostomía perineal no evita la inflamación de la vejiga ni la formación de cálculos.

La prevención del bloqueo uretral depende de la causa del bloqueo. Si la cirugía se realiza adecuadamente, es poco probable que los gatos desarrollen más obstrucciones urinarias. La uretrostomía perineal no evita la inflamación de la vejiga ni la formación de cálculos, por tanto los signos clínicos de enfermedad de las vías urinarias pueden continuar en algunos gatos.

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