Fracturas de las Extremidades

Associated Terms:
Fractura Pélvica, Fractura de Fémur, Fractura de Tibia, Fracturas Metatarsianas, Fractura de Escápula, Fractura de Húmero, Fractura Metacarpiana,

Resumen

Los huesos largos de perros y gatos son casi idénticos a los huesos de las piernas y los brazos de las personas e, igual que las personas, los perros y los gatos pueden romperse estos huesos por traumatismo vehicular, peleándose con otros animales y por lesiones deportivas, por nombrar algunas de las causas posibles.

Anatomía de las extremidades:

Pies de las patas delanteras: falanges (dedos del pie; tres huesos en cada dedo)

huesos metacarpianos (mano; cuatro huesos principales)

huesos del carpo (muñeca)

Parte inferior de la pata delantera: cúbito y radio
Parte superior de la pata delantera: húmero y escápula (omóplato)
Pies de las patas traseras: falanges (dedos del pie; igual que en el pie de la pata delantera)

huesos metatarsianos (pie; cuatro huesos principales)

huesos del tarso (corvejón o tobillo)

Parte inferior de la pata trasera: tibia (hueso tibial) y peroné
Muslo: fémur
Pelvis: ilion, acetábulo (copa de la cadera), isquion
Articulaciones: carpo (muñeca)—integrado por los huesos pequeños del carpo y por el radio

codo—compuesto por el radio, el cúbito y el húmero

hombro—integrado por el húmero y la escápula

tarso (tobillo)—compuesto por los huesos pequeños del tarso y por la tibia

babilla (rodilla)—integrada por la tibia y el fémur

cadera—compuesta por el fémur y la pelvis (acetábulo)

Un hueso puede romperse de muchas maneras; las llamamos fracturas. Para que sea más fácil planificar el tratamiento, los cirujanos veterinarios clasifican las fracturas en varias categorías.

  • Incompleta: fractura que se parece más a una flexión del hueso; es posible que solo parte del perímetro del hueso esté roto; se ve sobre todo en animales jóvenes (figura 1).
  • Completa: se ha roto todo el perímetro del hueso y se han formado dos o más fragmentos óseos (figura 2).

Las fracturas completas, a su vez, se clasifican según la forma de la rotura.

  • Transversal: rotura recta a través del hueso que forma un ángulo recto en relación con el eje longitudinal del hueso.
  • Oblicua: rotura diagonal del hueso que da lugar a dos fragmentos óseos con extremos puntiagudos.
  • Conminuta: rotura en tres o más fragmentos de distintas formas (figura 3).

La fractura que causa una herida abierta en la piel se llama fractura abierta; puede crearse cuando el hueso roto penetra la piel (de dentro hacia afuera) o cuando un objeto atraviesa la piel y rompe el hueso. Si no hay una herida abierta cerca de la fractura, se llama fractura cerrada.

Figura 1: fractura incompleta del radio de un perro.
Figura 2: fracturas completas del cúbito y el radio derechos de un perro adulto.
Figura 3: fractura conminuta de la tibia de un perro adulto.
Manifestaciones Clínicas

Por lo general, se observa una cojera grave y la extremidad afectada resulta obvia. La mayoría de los animales con extremidades fracturadas mantendrán la extremidad afectada levantada. Algunos animales pueden cargar algo de peso en la extremidad, dependiendo de la localización y la naturaleza de la rotura. Los animales que han sufrido un traumatismo grave, por ejemplo, han sido atropellados por un vehículo de motor o se han caído desde una altura, pueden tener rota más de una extremidad y es posible que no quieran o no puedan caminar. Pueden observarse hinchazón, dolor o movimientos anómalos en el sitio afectado.

Si ha habido un traumatismo, es importante señalar que pueden presentarse otros signos sistémicos. El traumatismo abdominal puede dar lugar a hemorragia (sangrado) y rotura de órganos (como la vejiga urinaria). El traumatismo torácico puede causar contusiones pulmonares (hematoma y hemorragia en los pulmones), hemorragia alrededor de los pulmones y aire en torno a los pulmones como consecuencia de un desgarro pulmonar. Todas estas lesiones pueden ser críticas y retrasar el tratamiento definitivo de la fractura.

Diagnóstico

El veterinario de atención primaria examinará detenidamente al animal para ver si hay otras lesiones de órganos vitales. Es probable que el veterinario recomiende radiografías de la región afectada. A menudo, hay que dar analgésicos o sedantes a los animales para hacer las radiografías. Otras pruebas que pueden recomendarse en un principio incluyen un análisis de sangre completo, radiografías abdominales y de tórax y, posiblemente, una ecografía abdominal.

Tratamentio
Figura 4: fijador externo colocado en la fractura de tibia de la figura 3.
Figura 5: estabilización con placa interna y tornillos de las fracturas de cúbito y radio mostradas en la figura 2.
Figura 6: esta fractura de fémur se ha estabilizado con un clavo intramedular, pernos y varios alambres de cerclaje.

Tratamiento inicial

Cuando un hueso se rompe, una de las primeras cosas que hay que hacer es inmovilizar los fragmentos óseos para que no puedan moverse. Una fractura inmovilizada dolerá mucho menos y los extremos afilados de los fragmentos de hueso no causarán más daños a los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos que rodean el hueso.

En casa, antes de poder ir a la clínica o al hospital veterinario, se puede encerrar al animal en un espacio muy reducido. Lo ideal sería que el animal estuviese tumbado en una caja, jaula o caseta; el movimiento se limita solamente a lo necesario para hacer sus necesidades o mantener la limpieza. Hay que solicitar atención veterinaria en cuanto sea posible, por lo menos llamar para recibir instrucciones; una fractura ósea es muy dolorosa y pueden haberse generado otros problemas médicos peligrosos en el mismo momento que la fractura. No debe darse medicación ni aplicarse ningún tratamiento a no ser que el veterinario dé instrucciones claras al respecto.

Las fracturas cerradas se tratan, a ser posible, en un plazo de 2-4 días; la mejor manera de tratar las fracturas abiertas es con una cirugía inicial para limpiar la herida y el hueso en un plazo de 8 horas después de la lesión (la cirugía para las fracturas abiertas puede retrasarse 24-48 horas).

Por lo general, la mejor manera de inmovilizar temporalmente una fractura, antes del tratamiento definitivo, es colocar la pata en una férula. Para inmovilizar adecuadamente un hueso hay que evitar que se muevan las articulaciones por encima y por debajo del hueso afectado. Es bastante sencillo inmovilizar temporalmente los huesos por debajo del codo y por debajo de la rodilla; la parte superior del brazo y el muslo son más difíciles de tratar, porque es complicado colocar férulas en el hombro y la cadera. Lo mejor suele ser poner la extremidad en un cabestrillo o, simplemente, encerrar al animal en un espacio pequeño mientras se planea el tratamiento definitivo. Las férulas, los vendajes y el confinamiento se controlan mejor en un centro veterinario.

Reparación de fracturas

Cuando un hueso se rompe, no puede resistir las fuerzas físicas normales que actúan sobre los huesos cuando el animal camina apoyándose en una pata. Algunas de estas fuerzas normales son:

  • flexión (como la fuerza usada para romper un lápiz por la mitad)
  • torsión (una fuerza que tuerce el hueso)
  • compresión (la fuerza que la gravedad aplica sobre nosotros cuando cargamos peso en nuestras piernas)
  • tracción (la fuerza de arrastre aplicada a una porción pequeña del hueso por un músculo, en su punto de inserción en el hueso)

La fortaleza de un hueso normal, sano, resiste estas fuerzas. Un hueso se rompe cuando es sometido a una fuerza superior a su propia fortaleza. Una vez que está roto, hay que inmovilizarlo lo suficiente para permitir que el hueso se consolide de nuevo. En este punto es en el que se usan tratamientos veterinarios como los enumerados a continuación para garantizar una consolidación de calidad del hueso y el buen uso de la pata.

Coaptación externa: férula o escayola colocadas en la parte exterior de la extremidad; buena para resistir las fuerzas de flexión y bastante buena para resistir las fuerzas de torsión y compresión.

Fijación externa: un dispositivo colocado quirúrgicamente que se fija al hueso con clavos que se ensartan en el hueso, pero salen a través de la piel. Estos clavos están conectados a una barra rígida con abrazaderas para «entablillar» el hueso por la parte externa. Este método es muy bueno para resistir las fuerzas de flexión, compresión y torsión (figura 4).

Fijación interna: dispositivos implantados quirúrgicamente en el interior del hueso o sobre la superficie ósea. Existen distintos dispositivos que ofrecen diferentes resultados frente a las diversas fuerzas, como placas, tornillos, clavos, pernos, alambres (figuras 5 y 6).

En la elaboración del tratamiento definitivo para una fractura intervienen diversos factores. Cada factor tiene características que respaldan una consolidación de la fractura sencilla/rápida y características que dan lugar a una consolidación de la fractura lenta/complicada. La siguiente escala de información se usa para dar con la mejor opción de reparación para cada animal. El veterinario puede referir la reparación de la fractura del animal a un cirujano veterinario certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés), debido a la experiencia y la formación necesarias para la fijación satisfactoria de una fractura.

Escala de fracturas para las decisiones en cuanto a la reparación

Consolidación sencilla de la fractura

Consolidación complicada de la fractura

1.er factor: el paciente

Joven

Tranquilo, calmado

Sano, que come

De tamaño pequeño/mediano/grande

Lesión aislada en la extremidad

Viejo

Movido, activo

Enfermo, débil

Gigante o enano

Otras lesiones

2.do factor: la fractura

Cerrada

Rotura de impacto bajo

Transversal

Abierta

Rotura de impacto alto

Conminuta

3.er factor: el entorno

Supervisión estricta

Actividad restringida

Supervisión mínima

Activo con libertad

Tras considerar todos estos factores, hay que elegir la reparación de la fractura; puede que una opción sea la mejor en cuanto al entorno doméstico, la inversión de tiempo y las posibles limitaciones económicas. La opción de la reparación con férula o escayola no es necesariamente «la más sencilla» ni «la más barata». Las férulas exigen revisiones y cambios frecuentes, y las complicaciones pueden traducirse en un período global de consolidación más largo, mientras que algunos métodos de fijación mejoran las posibilidades de resultados satisfactorios y no exigen cuidados posoperatorios. La participación activa del dueño del animal en el proceso de toma de decisiones mejorará la evolución global del estado médico del animal.

Cuidado Posteriores y Evolución

Como norma general, hay que seguir todas las instrucciones del cirujano veterinario. Algunas de estas instrucciones pueden incluir las siguientes recomendaciones:

Cuidado de los vendajes

Si el tratamiento definitivo de la fractura es una férula o una escayola o si se ha colocado un vendaje después de la cirugía para ayudar con el dolor y la hinchazón, la supervisión y el mantenimiento cuidadosos de estos elementos son necesarios para que el vendaje se lleve de manera segura y efectiva. Los vendajes simples pueden dar lugar a problemas importantes; no hay que dudar en llamar al cirujano veterinario si se observa cualquier problema. Hay que vigilar el vendaje para que no se mueva y ni resulte dañado por los mordisqueos, etc. Si cambia de posición, se moja o pierde su integridad, puede haber problemas graves con la curación o es posible que surjan problemas nuevos con úlceras por presión. Hay que llamar al veterinario si el vendaje se mueve; es posible que haya que cambiarlo.

Si el extremo del vendaje es abierto, deben revisarse las dos uñas centrales de los dedos de los pies dos veces al día. Tienen que estar muy juntas. Si se están separando, eso indica que los dedos del pie se están hinchando, lo que puede causar complicaciones graves, y el veterinario tiene que evaluar ese vendaje en un plazo de 4-6 horas. Si se observa hinchazón, hay que llamar al veterinario.

El vendaje debe mantenerse limpio y seco. Hay que colocar una bolsa de plástico en el extremo cada vez que el animal salga al exterior y retirarla cuando vuelva al interior.

Si el vendaje se moja o huele mal, habrá que evaluarlo en un plazo de 4-6 horas; pueden generarse problemas de piel graves.

Se recomienda encarecidamente no modificar el vendaje en absoluto. Añadir cinta adhesiva u otros envoltorios puede poner en grave peligro la seguridad del vendaje/de la férula. Si el propietario del animal está preocupado por la seguridad o la integridad del vendaje, debe volver a la consulta del veterinario o del cirujano veterinario para que vuelvan evaluarlo y vuelvan a colocarlo si es necesario.

Hay que tener en cuenta que los vendajes y las férulas pueden causar complicaciones muy graves. Pueden ser una herramienta terapéutica efectiva para consolidar fracturas y controlar el dolor, pero hay que supervisarlos con atención y hacer el seguimiento oportuno. Si existen preguntas o dudas relacionadas con las cuestiones esbozadas anteriormente o, en general, sobre los vendajes/las férulas, no hay que dudar en llamar al veterinario o volver para que evalúe al animal. El animal no puede decir que el vendaje le hace daño o es incómodo; hay que estar atento a cualquier cambio.

Restricción de la actividad

Encerrar al animal siguiendo las indicaciones del cirujano veterinario; normalmente, esto supone confinarlo en una parte de la casa con suelos con moqueta o alfombra. Usar vallas para bebés, etc. para impedir el acceso a suelos resbaladizos o escaleras. No hay que permitir que salten a los muebles o desde ellos. Confinarlos en una zona pequeña, una habitación o una jaula cuando no están atendidos. No dejarles jugar, correr ni saltar. Con los perros, usar una correa corta al salir al exterior para que hagan sus necesidades. La mejor manera de encerrar a los gatos es en una caseta para perros grande con comida y arena. Una habitación pequeña también puede servir como zona de confinamiento, pero a los gatos les gusta saltar, así que hay que quitar los muebles.

El animal tendrá ganas de usar la pata por completo antes de que la fractura esté lo suficientemente consolidada. Mantener la restricción durante este período hasta que la consolidación del hueso se haya confirmado con radiografías. No hacerlo puede causar problemas graves de consolidación.

Cómo ayudar al animal

Es posible que el animal necesite ayuda para ponerse de pie y caminar en los primeros días o las primeras semanas posteriores a su lesión. Incluso aunque pueda moverse por sí mismo, suele ser sensato ayudarle un poco hasta que esté completamente estable, sobre todo en superficies resbaladizas o al subir o bajar un tramo corto de escaleras. Los perros suelen aceptar ayuda; los gatos casi nunca lo hacen. Algunos perros se opondrán a la ayuda y no querrán moverse. Ajustar los esfuerzos según sea necesario para ayudar al animal sin crear más dificultades ni para él ni para su dueño. A algunos animales habrá que sujetarlos con firmeza y otros solo necesitarán un ligero apoyo para evitar que resbalen o se caigan hacia un lado.

Para las lesiones de las patas delanteras puede crearse un cabestrillo simple con dos correas. Una correa va hacia abajo por delante de la pata derecha y sale por detrás de la pata izquierda; la otra baja por delante de la pata izquierda y sale por detrás de la pata derecha. Las correas deberían cruzarse en la parte de abajo del pecho y el dueño del animal sujeta los cuatro extremos como un asa por encima del pecho. Hay que ajustar la longitud de las correas para que el dueño pueda estar erguido de forma cómoda mientras ayuda al animal. Esta técnica de cabestrillo puede personalizarse según se considere oportuno.

Para las lesiones de las patas traseras puede crearse un cabestrillo similar con dos correas estrechas o una banda ancha. Es posible enrollar las dos correas por debajo de cada pata trasera y tirar de ellas hacia arriba como si se estuviera subiendo un par de pantalones; hay que ajustar la longitud de las correas para que el dueño pueda estar de pie de forma cómoda mientras ayuda al animal. Si no, puede usarse una tira ancha de tejido como cabestrillo por debajo de la barriga, de un lado a otro, justo delante de las patas traseras.

En el mercado hay varios productos de tipo cabestrillo diseñados específicamente para auxiliar a los dueños de los animales a ayudar a caminar al perro durante su recuperación. Algunos de estos productos se encuentran en línea y son mucho más fáciles de usar.

Fisioterapia

Cuando un hueso se fractura, pasan muchas cosas que hacen que la pata funcione mal durante el período de consolidación de la fractura. Los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos resultan dañados, lo que causa dolor y mala función muscular. Si una pata está débil y/o duele al apoyarse sobre ella, el animal no la usará adecuadamente. Cuando una pata no se usa durante días o semanas, las articulaciones se agarrotan, los músculos se hacen más pequeños y la consolidación del hueso también se retrasa. La fisioterapia durante la consolidación de la fractura usa métodos destinados a mejorar el bienestar y el uso de la pata sin perjudicar la consolidación del hueso. Algunos de los métodos más simples pueden usarse en casa; las técnicas más avanzadas las usan fisioterapeutas veterinarios siguiendo las instrucciones del cirujano veterinario. Una coordinación cuidadosa entre el cirujano veterinario y el fisioterapeuta veterinario puede dar lugar a resultados excelentes y al retorno eficiente a la función normal de la pata.

Los métodos más sencillos que pueden seguirse en casa incluyen:

  • Tratamiento con frío: durante la primera semana tras la lesión, aplicar compresas frías al lugar de la fractura reducirá la inflamación, la hinchazón y el dolor; el animal estará más cómodo y podrá usar la pata antes.
  • Tratamiento de la amplitud de movimientos: durante el primer mes tras la lesión, flexionar y extender las articulaciones de la pata lesionada mantendrá la salud articular mientras el animal no esté usando la pata por completo. Al principio, esta amplitud de flexión y extensión será bastante pequeña; el objetivo es mover la articulación sin causar dolor. Conforme la consolidación progresa, se puede forzar más para llegar a una amplitud de flexión y extensión de la articulación más normal.
  • Tratamiento con masajes: cuando la etapa inicial de inflamación dolorosa cede, es posible que se reciban instrucciones para iniciar un tratamiento de masajes de la piel y los músculos alrededor del hueso lesionado. Este tratamiento impedirá que se forme tejido cicatricial duro que más tarde evitará el movimiento normal de la pierna y también alivia el dolor en el período intermedio de consolidación.

La consolidación del hueso depende de algunos de los factores ya enumerados en el gráfico anterior. Los huesos de los perros y gatos jóvenes se consolidan más rápido que los de los perros y gatos viejos. Los huesos con muchos tejidos musculares y de vasos sanguíneos afectados por el traumatismo se consolidan más despacio que los huesos rodeados por tejidos sanos. Los huesos reparados con el mínimo traumatismo quirúrgico (sin incisión quirúrgica o con una pequeña) se consolidan más rápido que los reparados con un gran nivel de traumatismo quirúrgico. Por eso se sopesan todos estos factores al elegir las opciones de reparación.

El cirujano veterinario debe informar de qué puede esperarse en cuanto a la consolidación. Como regla general, son necesarias como mínimo 4 semanas en cachorros jóvenes y 8 semanas en animales de más edad para que las fracturas se consoliden lo suficiente y se inicie el progreso hacia actividades normales.

No tenemos el lujo de decir a nuestros pacientes «tómatelo con calma» y «no te apoyes», así que hay que confiar en los dueños de los animales para que impongan las restricciones necesarias, aunque el animal esté deseando retozar y jugar. Los 2-3 meses se hacen muy largos cuando el sol brilla y las ardillas están deseando que las persigan, pero hay que tener en cuenta que puede producirse una catástrofe si la reparación de la fractura se somete a estrés demasiado pronto. Pero las fracturas se consolidan y los huesos recuperan su forma y su fuerza hasta un grado casi normal. Con una vigilancia estrecha y el seguimiento y la fisioterapia necesarios, los animales lesionados pueden volver a tener una vida completamente normal.

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