Laminitis en Caballos

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Infosura

Resumen
Figura 1a.

La laminitis (hinchazón de la lámina del casco) es un problema frecuente y posiblemente devastador del casco que afecta a todos los miembros de la familia equina: caballos, ponis, burros, mulas y caballos salvajes. El proceso de la enfermedad consiste en que se separa la unión entre la pared del casco y la falange distal, lo que normalmente se llama hueso del casco, hueso pedio o tercera falange (P3).

La falange distal/hueso del casco en el caballo es similar al hueso de la punta del dedo central de los humanos (figura. 1a-dibujo y 1b-radiografía). Está encajado por completo en el casco. Igual que con la uña humana, la pared del casco está fuertemente sellada al hueso del casco con una unión de piel y epidermis.

Figura 1b.

La unión pared del casco-hueso del casco es lo único que impide que el peso del caballo (aproximadamente 500 kg o 1100 libras) saque el hueso del casco a través de la parte de abajo de la suela del casco. Esta unión debe ser lo suficientemente fuerte como para soportar la presión que soporta el casco al galopar, y lo suficientemente flexible como para dejar que la pared del casco crezca.

Para que la resistencia de la unión pared del casco-hueso del casco sea máxima, está conectada por varios cientos de pliegues conocidos como láminas (figura 2). La superficie de cada lámina se pliega también en muchas láminas secundarias más pequeñas, que aumentan aún más el área de superficie y, por tanto, la resistencia de la unión pared del casco-hueso del casco.

Como las láminas están formadas por células vivas con un abundante suministro de sangre y nervios, la unión pared del casco-hueso del casco puede padecer gran variedad de enfermedades sistémicas que pueden favorecer que aparezca laminitis.

Figura 2.

Causas principales

  • Sobrecarga de grano
  • Comer hierba frondosa
  • Enfermedad intestinal grave: diarrea o cólico quirúrgico
  • Septicemia (bacterias que circulan por el torrente sanguíneo) debido a, entre otras causas a:
  • Pleuroneumonía
  • Infección del útero debido a la retención de la placenta en yeguas recién paridas
  • Peritonitis septicémica (infección de la cavidad del vientre).
  • Exposición a virutas de nogal negro que cubren lechos de flores
  • Carga de peso excesivo (p. ej.: el caballo pisa sobre un clavo en la extremidad delantera izquierda y no puede cargar peso; si el problema de la extremidad delantera izquierda no se resuelve, la pata delantera derecha tiene un mayor riesgo de presentar laminitis por cargar la mayor parte del peso = laminitis de extremidad contralateral)

Factores que contribuyen

  • Demasiados glucocorticoides circulantes; enfermedad de Cushing del caballo o administración de corticosteroides
  • Síndrome metabólico: normalmente por obesidad
  • Comer alcaloides del cornezuelo del centeno, como los que hay en el heno o el pasto puntero infestado de endófitos
  • No hacer ejercicio (con frecuencia asociado con obesidad)
  • Ejercicio agotador poco habitual
  • Golpes excesivos en las pezuñas por hacer ejercicio sobre una superficie dura: “infosura de carretera”
  • Estrés: ocupación o entorno de estrés elevado, transporte a larga distancia, hospitalización
  • Formación deficiente del casco o recorte o herrado inadecuado.
  • Antecedentes de laminitis: daño anterior de la vasculatura digital o de la dermis laminar
Manifestaciones Clínicas
Figura 3.

Los signos de laminitis varían con la intensidad del daño a la lámina y dependiendo de si el caso de laminitis es agudo (tiene horas o días) o crónico (dura más de una semana). El signo más habitual sería una cojera que puede variar de un leve cabeceo a la imposibilidad del caballo de cargar peso o de estar de pie, con el aspecto de caminar sobre cáscaras de huevo o postura de caballete. Un aumento de la presión del pulso digital en las arterias de suministro a la pata afectada, que recibe el nombre de “pulso digital saltón” y/o que la pared del casco se sienta tibia/caliente al tacto, también pueden ser signos habituales, aunque no únicos de laminitis. La laminitis aparece en la mayor parte de los casos en las patas delanteras y en las dos patas delanteras, pero también puede suceder en los cuatro cascos, especialmente con una enfermedad sistémica circulante.

Figura 4.

Sea cual sea la causa, si la lámina está suficientemente afectada, el hueso del casco puede:

  1. Girarse hacia abajo dentro de la cápsula del casco, obligando a la punta del hueso a ir hacia abajo, sobre la dermis de la suela, y afectando la vasculatura (los vasos sanguíneos) de esa zona (figura 3/giro) y/o
  1. Toda la columna ósea puede caer o “hundirse” (figura 4/Hundimiento) dentro de la cápsula del casco, provocando un dolor intenso y una lesión vascular amplia. El hundimiento puede producirse de forma pareja o no pareja dentro de la cápsula del casco.

El casco tiene gran cantidad de terminaciones nerviosas sensitivas, por lo que la laminitis es una enfermedad muy dolorosa. De hecho, es el dolor extremo e incontrolable que tienen los caballos con laminitis grave, la causa más importante que lleva a la eutanasia humanitaria en estos casos. Otras secuelas de la laminitis grave que pueden empeorar el pronóstico de una buena recuperación incluyen:

  • Destrucción generalizada del riego sanguíneo dentro del casco
  • Infección bacteriana crónica dentro del casco, por un flujo sanguíneo deficiente
  • Que aparezca la punta del hueso del casco a través de la suela del casco.
  • Destrucción de hueso en la punta del hueso del casco, por una carga mecánica anormal.
Diagnóstico
Figura 5.

El diagnóstico de laminitis se basa en los signos clínicos de cojera, pulsos digitales saltones y resultados radiográficos. Los cambios radiográficos también varían con la gravedad y dependiendo de si la causa principal es crónica. Los cambios radiográficos varían desde el engrosamiento de la zona entre la pared del casco y el hueso del casco, el cambio en la densidad del hueso del casco, hasta el giro o hundimiento amplio del hueso del casco y, en casos crónicos, la destrucción y reabsorción del hueso del casco.

Además de las radiografías, puede usarse una venografía con contraste para ver los vasos sanguíneos individuales (líneas garabateadas en blanco en la figura 5) dentro del casco. Estos pueden ser datos valiosos además de las radiografías regulares, ya que muestran zonas de venas más pequeñas o ausentes en la parte delantera del casco.

Tratamentio
Figura 6.

La laminitis es una de las enfermedades de los caballos más estudiada. A pesar de ello, todavía quedan muchos datos que no se conocen por completo. Por tanto, la prevención y el tratamiento de la laminitis siguen siendo difíciles.

El período durante el que tenemos la mayor posibilidad de influir en el resultado es antes de que el caballo siquiera empiece a tener signos de dolor en la pata (tratamiento preventivo). La crioterapia (permanecer de pie con botas con hielo) ha demostrado proteger la pezuña y ser una buena prevención (figura 6).

Una vez que el caballo muestra signos de laminitis, el proceso destructivo ya está en curso en su mayoría y el tratamiento se hace mucho más difícil, con resultados variables.

Es posible que el veterinario de atención primaria recomiende las siguientes opciones de tratamiento:

  • Control médico y/o quirúrgico inmediato de la causa principal
  • Tratamiento del dolor y antiinflamatorio generalizado intensivo
  • Crioterapia
  • Atención de enfermería cuidadosa, dado que estos caballos pueden pasar la mayor parte del tiempo tumbados, lo que puede producir problemas adicionales, tales como:
    • Cólico
    • Deshidratación
    • Neumonía
    • Úlceras de presión
    • Pérdida muscular
  • Se centra en el cuidado del casco una vez que el caballo está lo suficientemente estable (figura 7)

Figura 7: El cuidado del casco consiste sobre todo en recortar el casco y usar un lecho profundo/lecho de arena, plantillas de suela (inferior derecha), botas y herraduras especiales (herraduras pegadas [izquierda], con manguito [superior derecha] o inversas) para volver a alinear normalmente el hueso del casco con la pared del casco y la superficie del terreno. Esto ayuda a normalizar las fuerzas de la unión restantes pared del casco-hueso del casco y el flujo de sangre a través del casco y, por tanto, mejora la velocidad y la calidad de la recuperación.
Cuándo obtener el consejo de un veterinario:

  • Con cualquier signo de cólico
  • Si el caballo ha tenido acceso a un depósito de forraje/bolsa de grano
  • Ante cualquier signo de tos/estornudo/secreción nasal/fiebre
  • Si una yegua tuvo un parto difícil (distocia) y no hay seguridad de que haya expulsado toda la placenta
  • Ante cualquier signo de cojera o si el caballo está dando pasos cortos y rígidos o cambia con frecuencia su peso entre las patas
  • Incapacidad del caballo para ponerse de pie por sí mismo
  • Cuello obeso o distribución anormal de bolsas de grasa en el caballo (cerca del nacimiento de la cola/grupa, cuello, corvejones)

Los cirujanos veterinarios certificados por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS) en práctica equina han recibido formación en el control de las enfermedades ortopédicas de los caballos, incluida la laminitis. La mayor parte de los cirujanos veterinarios certificados por el ACVS en práctica equina están afiliados a hospitales de referencia equipados con métodos de diagnóstico y tratamiento de vanguardia.

Cuidado Posteriores y Evolución

Normalmente, una vez que un caballo tiene laminitis y ha recuperado un estado estable, necesitará atención especial durante el resto de su vida, dependiendo de cómo de graves sean los signos clínicos y radiográficos generales.

El veterinario puede recomendar los siguientes tipos de atención a largo plazo:

  • Reducir al mínimo el espacio para volver a caminar, proporcionar un establo con un lecho profundo o encontrar un área para volver a caminar que sea de terreno blando/arena con un área de pasto reducida.
  • Cambiar la dieta por una baja en carbohidratos/almidón, reduciendo al mínimo la hierba que come (especialmente en primavera), remojando/pasando por vapor el heno.
  • Herraduras correctivas con cambio frecuente (cada 3-5 semanas).
  • Medicamentos antiinflamatorios diarios (fenilbutazona o banamina) para ayudar a controlar el dolor y hacer que sea más cómodo estar de pie.
  • Nuevas comprobaciones regulares mediante radiografías (de cada 3 meses a anualmente, según la recomendación del veterinario).

Al igual que ocurre con el tratamiento y los cuidados posteriores, el pronóstico está directamente relacionado con la causa principal de base, los signos clínicos y la gravedad del diagnóstico. Lo que es vital es que se corrija la causa principal y que se pare el avance de la laminitis (es decir, que no haya un empeoramiento cada vez mayor). En casos leves, es posible que algunos caballos recuperen su nivel de trabajo anterior. Más frecuentemente, el mejor resultado será que el caballo se convierta a la larga en un ejemplar sano de pastizal. En ocasiones frecuentes y en casos graves, los signos clínicos empeoran y el avance no se puede controlar. Si no se controla, la gravedad de los signos clínicos empeora hasta el punto de que el caballo no sea capaz de ponerse de pie y la punta del hueso del casco puede salir por la parte inferior de la suela del casco y/o puede producirse un desprendimiento completo del casco del hueso subyacente, lo que hará que el caballo “camine fuera del casco”. El tratamiento más humanitario para el caballo es la eutanasia antes de que los signos clínicos se acerquen más a cualquiera de estos puntos.

Las posibles complicaciones después del tratamiento de la laminitis incluyen, entre otras:

  • Si inicialmente, solo estaba afectado un casco, la extremidad opuesta puede desarrollar laminitis de la extremidad contralateral debido a la carga de un peso excesivo.
  • Cualquier otra extremidad no afectada puede desarrollar laminitis, dependiendo de la causa principal de base.
  • Crecimiento anormal del casco: anillos, patrón/velocidad de crecimiento anormal.
  • Aparición repetida de laminitis (es decir, cada pocos meses o años). Los signos clínicos pueden empeorar, y necesitar un diagnóstico, tratamiento y atención repetidos, del modo explicado anteriormente.
  • Mayor tendencia a desarrollar abscesos en el casco, que necesitarán cuidados y tratamiento por parte del veterinario.
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