Resumen

Cólico es un término general que se refiere al dolor abdominal en el caballo. Los signos de dolor pueden oscilar de leves (mirar al flanco, levantar el labio superior, falta de interés por comer, cocear con las patas traseras hacia el abdomen) a intensos (tumbarse y levantarse repetidamente, girar violentamente sobre la espalda o tirarse al suelo).

Los caballos que presentan signos de cólicos deben ser examinados inmediatamente por un veterinario. La mayor parte de los caballos con cólico pueden tratarse médicamente, pero es posible que algunos necesiten una intervención quirúrgica. Retardar el tratamiento puede reducir el pronóstico de supervivencia.

Manifestaciones Clínicas

Los signos clínicos dependen de la causa del cólico y de la personalidad del caballo.

  • Depresión
  • Inapetencia (falta de interés por comer)
  • Levantar las patas delanteras
  • Mirar al flanco
  • Tumbarse más de lo habitual o en un momento distinto del normal (Figura 1)
  • Tumbarse, levantarse, moverse en círculos y tumbarse de nuevo repetidamente
  • Curvar/levantar el labio superior
  • Cocear hacia el abdomen con las patas traseras
  • Girar sobre la espalda
  • Estirarse (figura 2)
  • Sentarse como un perro (figura 3)
  • Quejarse
  • Sudar
  • Mayor frecuencia cardíaca (la normal es de 28–44 latidos por minuto)
  • Distensión abdominal visible (aspecto de estar inflado)
  • Producción de excrementos inferior a la normal o inexistente
  • Diarrea
  • Los potros pueden girar sobre la espalda o rechinar los dientes y salivar en exceso
Figura 1: tumbarse más de lo habitual
Figura 2: estirarse
Figura 3: sentarse como un perro
Diagnóstico
Figura 4: encías demasiado oscuras

El veterinario le hará varias preguntas y le realizará al caballo un examen físico.

  • Las preguntas pueden incluir: Viajes recientes, cambios en la alimentación o la rutina, medicamentos, otros episodios de cólico, calendario de desparasitación/vacunación
  • El examen físico puede incluir: Frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, temperatura rectal, escuchar la presencia o ausencia de sonidos gastrointestinales, color anormal de las membranas mucosas (encías; la Figura 4 muestra encías que están demasiado oscuras —un veterinario debería evaluar a este caballo inmediatamente), turgencia cutánea, pulsaciones digitales de los cascos, distensión abdominal
Figura 5: paracentesis

Posteriormente, el veterinario puede elegir realizar algunos o todos los procedimientos siguientes, según el examen físico inicial:

  • Introducción de una sonda nasogástrica para comprobar el reflujo (acumulación de líquido en el estómago)
  • Examen rectal
  • Análisis sanguíneo
  • Abdominocentesis: Obtención de una muestra del líquido que rodea los intestinos desde el abdomen (Figura 5)
  • Examen ecográfico del abdomen
  • Gastroscopia para evaluar la presencia de úlceras estomacales
  • Radiografías para buscar arena o enterolitos (indicadas en casos determinados)
Tratamentio

El tratamiento médico consta generalmente de:

  • Analgesia administrada intravenosamente (Banamina o sedación)
  • Laxantes administrados directamente en el estómago a través de una sonda nasogástrica (aceite mineral o sulfato de magnesio/sales de Epsom)
  • Rehidratación con líquidos orales o i.v.

La mayoría de los caballos con cólico responderá al tratamiento médico. Si el caballo sigue incómodo, el veterinario debe volver a examinarlo de forma inmediata y debe considerarse la posibilidad de remitirlo a un centro quirúrgico.

Se debe considerar la posibilidad de un tratamiento quirúrgico si el caballo sigue incómodo, mostrando los signos de cólico mencionados anteriormente a pesar del tratamiento médico o si existen indicadores específicos que descubrió el veterinario durante las pruebas médicas que indicarían un problema quirúrgico.

Un cirujano de grandes animales certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés) realizará el examen quirúrgico en un centro quirúrgico, tras administrar al caballo anestesia general, mediante una incisión realizada en la línea media ventral. Es posible corregir muchas de las causas de cólicos que requieren cirugía, aunque, en algunos casos, la supervivencia es incierta a pesar de que se recurra al abordaje y al tratamiento quirúrgicos más agresivos. El cirujano podrá determinarlo en el momento de la intervención quirúrgica.

La exploración quirúrgica por parte de un cirujano de animales grandes certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS) se realiza en un centro quirúrgico después de poner al caballo bajo los efectos de una anestesia general, realizando una incisión en la línea media ventral. Muchas causas del cólico quirúrgico se pueden corregir; sin embargo, existen determinadas causas de cólico en las que, a pesar de un tratamiento y un enfoque quirúrgico más agresivos, no está garantizada la supervivencia. Es posible que el cirujano pueda determinarlo en el momento de la cirugía.

Las tasas de éxito quirúrgicas han mejorado drásticamente con los años debido a una remisión temprana y una intervención quirúrgica inmediata.

Cuidado Posteriores y Evolución

A los caballos tratados médicamente se les retirará habitualmente el heno/grano hasta que se hayan reducido los signos de cólico. Una vez que se resuelvan los signos de cólico, se reanudará la alimentación siguiendo las recomendaciones del veterinario. Dependiendo de la supuesta causa del cólico, puede resultar recomendable la adopción de medidas preventivas como realizar un raspado de los dientes del caballo, establecer una estrategia de desparasitación específica/adecuada para la granja o cambiar el tipo de alimentación o el método de alimentación.

Los caballos tratados quirúrgicamente, necesitarán normalmente una hospitalización de 5–7 días tras la cirugía, para una monitorización continua de las complicaciones posquirúrgicas, la administración de antibióticos, analgésicos, líquidos intravenosos y reiniciar lentamente la alimentación del caballo, asegurando que no haya signos adicionales de cólico. Las recomendaciones posquirúrgicas específicas variarán dependiendo del diagnóstico quirúrgico, el proceso de curación posquirúrgico, la conducta del caballo, las instalaciones de establo/para caminar, etc. Generalmente, no se podrá montar al caballo durante como mínimo 3 meses, con un período inicial de descanso estricto en el establo antes de volver a caminar gradualmente, seguido por un incremento gradual del ejercicio/entrenamiento o montarlo ensillado.

El pronóstico varía en gran medida dependiendo de la causa del cólico y del compromiso sistémico que presentase el caballo en el momento de la cirugía y de si se produce alguna complicación posquirúrgica. Sin embargo, los caballos que se tratan médicamente o aquellos tratados quirúrgicamente que no requirieron la extirpación de ninguna parte del intestino, tienen un buen pronóstico.

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