Neumotórax Espontáneo

Associated Terms:
Bullas, Vesículas, Drenaje Torácico, Lobectomía Pulmonar, Esternotomía Media, Síndrome de Dificultad Respiratoria, Toracotomía, Tubo de Toracostomía

Resumen

El neumotórax espontáneo puede presentarse en perros y gatos y se produce cuando entra aire atmosférico en la cavidad torácica sin antecedentes clínicos de traumatismo o penetración yatrógena en la cavidad torácica. Normalmente, hay una presión negativa fisiológica dentro del tórax que es responsable de mantener la distensión pulmonar. Cuando esta se pierde, se acumula aire dentro de la cavidad torácica y posteriormente se produce el colapso de los pulmones. Anatómicamente, hay dos vías principales de entrada del aire en el pecho que genera un neumotórax espontáneo: las vías respiratorias y el esófago. La primera se produce cuando hay un deterioro del tejido pulmonar o traqueal que provoca que se escape aire inhalado hacia el interior de la cavidad torácica y que se acumule alrededor de los pulmones. El tejido pulmonar deteriorado que provoca un neumotórax espontáneo con frecuencia tiene su origen en la formación de bullas o vesículas en los bordes de los lóbulos pulmonares. Estas son pequeños sacos llenos de aire que pueden romperse dentro de la cavidad torácica (figura 1). Las bullas o vesículas se encuentran en la mayor parte de los casos en perros sin una enfermedad pulmonar simultánea y son la principal causa de neumotórax espontáneo. Las bullas o vesículas son menos habituales en gatos con enfermedad pulmonar y provocan la mayor parte de los casos de neumotórax espontáneo.

Figure 1

La segunda vía de entrada al tórax es la perforación del esófago que genera un neumotórax y la acumulación de aire adicional en ubicaciones anatómicas secundarias (p. ej., bajo la piel y alrededor de las estructuras del corazón). Las causas secundarias del neumotórax espontáneo incluyen:

Perros

  • Cáncer
  • Neumonía bacteriana
  • Absceso pulmonar
  • Infección fúngica
  • Dirofilariasis (Enfermedad del gusano del corazón)
  • Tromboembolia pulmonar

Gatos

  • Enfermedad pulmonar
    • Enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias
    • Infección por el gusano del corazón
    • Infección por el gusano del pulmón (estrongílido)
    • Displasia broncopulmonar
  • Desconocida
Manifestaciones Clínicas

El neumotórax espontáneo se produce principalmente en perros de razas grandes y pecho profundo, con independencia del sexo. Los perros husky siberiano y otras razas del norte lo padecen con más frecuencia. No existe ninguna conexión habitual conocida en los gatos. Los signos clínicos habituales incluyen:

Perros

  • Aumento de la frecuencia respiratoria
  • Tos
  • Ansiedad
  • Membranas mucosas (encías) azul oscuro
  • Tórax hiperinflado
  • Postura “ortopneica”: se produce en un intento por abrir las vías respiratorias e incluye estirar el cuello y colocar hacia atrás los codos

Gatos

  • Disnea como aumento del esfuerzo y la frecuencia respiratorios
  • Tos
  • Colapso
  • Letargo y anorexia
  • Vómitos
  • Esconderse
Diagnóstico

Al llevar a su mascota al veterinario de atención primaria, este probablemente recomiende la realización de radiografías de tórax para buscar aire dentro de la cavidad torácica no contenido dentro de los pulmones (figura 2). Esta prueba de diagnóstico es muy precisa a la hora de diagnosticar la presencia de un neumotórax. Sin embargo, rara vez confirma la causa subyacente y con frecuencia resulta necesario utilizar técnicas de obtención de imágenes avanzadas como una TC (figura 3). Un cirujano veterinario certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS) podrá determinar la modalidad de obtención de imágenes más adecuada y comentará las posibles causas y tratamientos después de revisar las imágenes.

Figura 2: Advierta la retracción de los márgenes de los lóbulos pulmonares (flecha blanca fina) desde el interior de la pared torácica (flecha blanca gruesa). Esto es coherente con un pulmón colapsado debido al aire dentro del tórax que no está contenido en el interior de los pulmones.
Figura 3: TC de un tórax canino. Se muestra unas pequeñas bullas en la periferia de los lóbulos pulmonares (círculo blanco). Esto no resultaba evidente en las radiografías.
Tratamentio

Las opciones de tratamiento de la mascota varían dependiendo de la gravedad de los signos clínicos. La estabilización inicial resulta de gran importancia ya que el neumotórax espontáneo puede ser potencialmente mortal debido a la reducción de la ventilación adecuada. El veterinario de atención primaria puede recomendar inicialmente una toracocentesis. Se trata de un procedimiento en el que se introduce una pequeña aguja en la cavidad torácica para extraer el aire que hay alrededor de los pulmones, permitiendo que la mascota respire de forma más cómoda. Este tratamiento temporal no soluciona la causa subyacente del neumotórax, pero permite que los pulmones se expandan de una forma más normal y posiblemente salva la vida de la mascota.

En general, las opciones de tratamiento a largo plazo se pueden dividir en tratamientos médicos o quirúrgicos. La causa subyacente de un neumotórax espontáneo determinará qué opción de tratamiento resultará más adecuada. El veterinario de atención primaria y el cirujano veterinario certificado por el ACVS trabajarán con usted y la mascota para tomar la mejor decisión.

El tratamiento médico incluye:

  • Suplementación con oxígeno
  • Tubo de toracostomía (drenaje torácico)

La terapia con oxígeno es importante porque, a medida que los pulmones se colapsan con carácter secundario a la pérdida de presión intratorácica negativa, también se reduce la capacidad de administrar oxígeno al organismo. Al proporcionar oxígeno suplementario, se ayuda al organismo a administrar una cantidad adecuada de oxígeno a cada sistema orgánico. Los tubos de toracostomía son tubos huecos que se colocan a través de la piel en el interior de la cavidad torácica (figura 4). Esto permite la extracción intermitente o continua de aire del tórax. Así se ayuda a que los pulmones de la mascota se expandan de una forma más normal y se envían niveles adecuados de oxígeno al resto del cuerpo. En la mayor parte de los casos, el neumotórax espontáneo no se puede controlar médicamente a largo plazo y será necesaria una intervención quirúrgica para eliminar la causa principal de la fuga de aire al tórax.

El tratamiento quirúrgico incluye en la mayor parte de los casos la extracción de todo el lóbulo pulmonar afectado, accediendo al interior del tórax y realizando una lobectomía pulmonar (figura 5). Esto se puede hacer utilizando tres enfoques distintos con respecto a la cavidad torácica: toracoscopia mínimamente invasiva, esternotomía media (a través del esternón) o toracotomía lateral (entre las costillas). Cada enfoque tiene sus respectivas ventajas, dependiendo de la causa subyacente de la enfermedad, la ubicación del lóbulo pulmonar afectado y la disponibilidad del equipo. El cirujano veterinario certificado por el ACVS de su mascota evaluará el caso específico de la mascota para realizar la mejor recomendación.

Figura 4: Vea el tubo dentro de la cavidad torácica. Los pequeños orificios permiten la extracción del aire con succión intermitente o continua. Además, note que los márgenes del lóbulo pulmonar están menos colapsados desde el interior de la pared torácica que en la figura 2.
Figura 5: Lóbulo pulmonar extraído con unas bullas grandes intactas en la periferia del lóbulo pulmonar.
Cuidado Posteriores y Evolución

Los resultados a largo plazo del neumotórax espontáneo son excelentes con una intervención quirúrgica y la eliminación de la causa que provocaba la fuga de aire. Algunas causas de la fuga de aire no son solucionables con la resección quirúrgica y el pronóstico de esas mascotas variará dependiendo de la gravedad y el alcance de la enfermedad. Los índices de reaparición del neumotórax espontáneo son de aproximadamente el 3 % con tratamiento quirúrgico y de hasta un 50 % sin tratamiento quirúrgico. Los índices de mortalidad reflejan la necesidad de un tratamiento quirúrgico adecuado, tanto que hay un índice de mortalidad del 12 % con la cirugía y más de un 50 % con el tratamiento médico solo.

Los datos de resultados en los gatos son más limitados.  El pronóstico puede seguir siendo buen en términos generales, dependiendo de la causa subyacente y la respuesta al tratamiento.  En un estudio de 2012, el 54 % sobrevivieron al alta hospitalaria, habiendo sido tratados médicamente la mayor parte de ellos. En el caso de gatos con neumotórax de pequeño volumen, un tratamiento conservador puede ofrecer un buen resultado, aunque es posible que sea necesaria cirugía en casos graves o cuando exista un neumotórax persistente.  Mantener una conversación con un cirujano veterinario certificado por el ACVS puede ayudar a orientarlo respecto a lo mejor para su mascota.

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