¿Qué es el tendón de Aquiles?
El tendón de Aquiles o tendón calcáneo común está formado por varios tendones de varios músculos diferentes de la extremidad posterior. Los principales componentes son el músculo flexor digital superficial y su tendón, el tendón gastrocnemio y el tendón combinado de los músculos grácil, semitendinoso y bíceps crural.
¿Qué lesiones frecuentes se producen en el tendón de Aquiles?
En el tendón de Aquiles pueden producirse multitud de lesiones, pero las más frecuentes son dos:
Traumática
- Razas: Cualquiera
- Causa: laceraciones, traumatismo por objeto contundente, estiramiento/tracción intensos
Atraumática (de naturaleza crónica y degenerativa)
- Razas: Cualquier perro o gato, pero es más frecuente en Labradores Retriever y Doberman Pinschers.
- Causa: Lesión repetitiva, idiopática (desconocida), hipotiroidismo, enfermedad de Cushing o poliartritis de origen inmunitario
¿Cómo puede saber si su animal se ha lesionado el tendón de Aquiles?
- Cojera en la extremidad
- Postura en pinza de cangrejo (véanse las Figuras 1-3)
- Hinchazón alrededor de la lesión (véase la Figura 4).
- Plantígrado (pies planos o caídos) (véase la Figura 4)
Figuras 1-3: Postura en forma de pinza de un gato y un perro
Una vez localizado el problema en el tendón de Aquiles y el tobillo, pueden realizarse una serie de pruebas para evaluar el tendón y la articulación y determinar el mejor tratamiento.
Exploración física
La exploración física es muy importante para diagnosticar y localizar la lesión en el tendón, así como para identificar el nivel de malestar.
Radiografías (rayos X)
Las radiografías permiten evaluar la articulación del tobillo (tarso) y el calcáneo (hueso donde se une el tendón) para determinar si existe una lesión coincidente, la calidad del hueso o una artritis asociada a la enfermedad degenerativa. (Véase la Figura 5)
Ecografía
La ecografía permite visualizar directamente el tendón de Aquiles para determinar el alcance y el tipo de lesión que se está produciendo. (Véase la Figura 6)
TC
La TC es una técnica de diagnóstico por imagen avanzado que permite una evaluación más detallada y tridimensional de la articulación del tobillo y los huesos asociados.
RM
La resonancia magnética es una técnica de diagnóstico por imagen avanzado que puede utilizarse para evaluar con más detalle los tendones, ligamentos y tejidos blandos de la articulación y sus alrededores, así como el tendón de Aquiles.
Figura 5: Radiografías que muestran mineralización en el tendón
Figura 6: Ecografía que muestra las zonas lesionadas en el tendón
Las opciones de tratamiento varían en función de las recomendaciones de su veterinario o cirujano veterinario y de la gravedad de la lesión. Entre las opciones de tratamiento se incluyen:
Soporte externo (ortesis, yesos o férulas)
Cirugía
Esto puede implicar volver a unir los extremos sanos del tendón con sutura, malla u otros tipos de injertos. La mayoría de las reparaciones del tendón necesitan ser protegidas después de la cirugía, para permitir que el tendón se consolide. Existen diversas opciones para inmovilizar la extremidad inferior, como yesos, férulas, ortesis a medida, tornillos temporales (Figura 4), fijador esquelético externo lineal o fijador circular (Figura 5).
Artrodesis del tarso (fusión del tobillo)
Si se produce una rotura completa (desgarro) del tendón de Aquiles o daños graves en el tobillo, puede ser necesaria una fusión articular para recuperar la funcionalidad. Esto implica estabilizar la articulación en posición normal de pie mediante implantes ortopédicos (placas, tornillos o clavos) y dejar que la articulación se fusione en un hueso largo. La fusión articular elimina el dolor y la cojera, pero no restablece la flexión y extensión normales de la articulación.
Tratamientos complementarios
- Plasma rico en plaquetas
- Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas
- Tratamientos con células madre
Figura 7: Tornillos internos para estabilizar el tobillo tras la cirugía
Figura 8: Fijador externo para estabilizar el tobillo tras la cirugía
Los cuidados postoperatorios suelen incluir una actividad muy restringida durante 6-12 semanas después de la intervención y la protección de la reparación quirúrgica con las opciones antes mencionadas durante ese tiempo. La consolidación completa del tendón puede tardar un total de 9-12 meses. Si su veterinario le ha aplicado un soporte externo, puede ser necesario acudir a citas periódicas para mantener y ajustar el soporte externo. A menudo, se indica algún elemento de fisioterapia, ya sea en casa con la orientación de su cirujano o con un fisioterapeuta veterinario certificado, con el fin de restablecer una amplitud de movimiento adecuada en el tarso (tobillo).
Entre las posibles complicaciones se incluyen una nueva rotura o la degradación del lecho quirúrgico. A menudo, pueden evitarse con cuidados y restricciones postoperatorios adecuados.
Resultado
El pronóstico suele ser muy bueno para la mayoría de las lesiones. Entre el 70 y el 94 % de los perros recuperan la funcionalidad de forma buena a excelente.