La apertura de la tráquea se expande abriéndose por dos lados al inspirar y se relaja al espirar. En perros y gatos con parálisis de laringe, los músculos que normalmente abren las vías respiratorias no funcionan adecuadamente. Cuando una mascota afectada inspira, las paredes de la vía respiratoria no se expanden, en su lugar se ven absorbidas hacia el interior de la abertura o en casos graves se ven absorbidas hasta el cierre de dicha abertura. En fases tempranas de la enfermedad, esto crea un ruido creciente al respirar; más tarde, puede obstruir por completo la vía respiratoria y provocar la asfixia.
Los signos tempranos de parálisis de laringe pueden ser bastante sutiles. Es posible que note:
- ronquera al jadear
- incremento de los jadeos o jadeos al estar quieto y tranquilo
- un ladrido ronco o rasposo
Posteriormente, los propietarios de los animales indican que a su mascota le cuesta más respirar; su expresión facial muestra algo de ansiedad y ojos saltones, y el tórax se expande intensamente. La mascota también podría tener un aspecto de estar “sonriendo” al jadear, con los labios tirantes hacia atrás y la lengua colgando fuera. Los perros parecerán cansarse con más facilidad durante actividades tales como caminar.
Como los animales usan su respiración como un medio para refrigerarse de forma natural, las mascotas con parálisis de laringe son más propensas a sobrecalentarse en condiciones que normalmente no recalentarían a un perro normal. Puede tratarse de un simple paseo al aire libre en un día soleado o un juego intenso en un día fresco.
Cuando la parálisis es bastante pronunciada, resulta muy evidente que el perro o el gato está teniendo problemas para respirar. El ruido adicional que generan con cada respiración es ronco y fácil de escuchar. La lengua puede adquirir un color rojo oscuro o violeta; no quieren que les toquen ni le pongan la correa. Tienen dificultad respiratoria y necesitan asistencia médica de inmediato.
Es posible que el veterinario de atención primaria recomiende algunas de las siguientes pruebas diagnósticas o todas ellas:
- análisis de sangre
- radiografías de tórax
- examen de la garganta de la mascota estando sedada
- examen neurológico
Los cuidados médicos durante una crisis respiratoria con frecuencia incluyen:
- terapia con oxígeno
- enfriamiento externo
- sedación
- posible intubación y respiración asistida durante un breve tiempo
Con esta breve pero eficaz terapia, la mayor parte de los pacientes descansarán cómodamente y recuperarán su estado previo a la crisis. Lamentablemente, la mayor parte de los pacientes que han alcanzado un punto de crisis seguirán sufriendo estos episodios respiratorios debido a que su vía respiratoria es ineficaz.
Se han utilizado muchos enfoques diferentes para tratar quirúrgicamente la parálisis de laringe. A lo largo de los años y durante la monitorización de muchos pacientes postoperatorios, una técnica se ha mantenido en la cima de la lista de procedimientos con buenos porcentajes de éxito y pocas complicaciones: la lateralización unilateral del aritenoides o “tieback”.
En el procedimiento de “tieback”, se usa una sutura para mantener abierta permanentemente la vía respiratoria recogiendo las paredes de un lado de la laringe. Para reducir al mínimo la posibilidad de que entren líquidos o alimentos en la vía respiratoria, solo se mantiene abierto un lado lo suficiente como para evitar un compromiso de la vía respiratoria y futuras crisis respiratorias.
Al ponerse en manos de un cirujano veterinario certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS) con experiencia, esto supone habitualmente un procedimientoquirúrgico relativamente sencillo y mínimamente invasivo. La incisión solo tiene entre 7,5 y 10 cm (3-4 pulgadas) y se realiza en un lado del cuello; un control del dolor bien planificado puede reducir o eliminar el dolor postoperatorio directamente asociado con la cirugía.
Hay diversas opciones de tratamiento quirúrgico que su cirujano veterinario puede comentar con usted. Estas opciones se consideran habitualmente en los casos en que el “tieback” no sea una opción viable. Hable con su veterinario de atención primaria y obtenga una consulta con un cirujano veterinario para explorar por completo las opciones.
Las restricciones después de la cirugía son pocas:
- uso de un arnés en lugar de un collar de cuello
- minimizar el ladrido durante 6 semanas
- darle forma de albóndigas a los alimentos
- considerar la posibilidad de contar con un sistema de alimentación elevado
- tener cuidado si resulta esencial que la mascota nade
- poner en práctica un programa de pérdida de peso
Las complicaciones postquirúrgicas leves pueden incluir:
- infección de la incisión
- seroma (una acumulación de líquido bajo la incisión)
- pérdida de la voz (que habitualmente ya se ha perdido con la parálisis de laringe)
- tos al comer y beber o después de hacerlo (habitualmente se va resolviendo con el tiempo)
Las complicaciones postquirúrgicas importantes pueden incluir:
- rotura de la conexión de la sutura/cartílago que conlleva al estado respiratorio previo a la cirugía y precisa una nueva intervención
- aspiración del contenido estomacal regurgitado hacia los pulmones, lo que genera una neumonía de leve a grave
Las familias con frecuencia describen que su mascota “se está haciendo mayor y se vuelve más lenta” y atribuyen esto simplemente a una situación relacionada con la edad. En perros con parálisis laríngea, este enlentecimiento está posiblemente relacionado con la deficiencia del flujo de aire hacia el interior de los pulmones debido al compromiso de la laringe. Muchas familias informan que la mascota “rejuvenece” después de corregir quirúrgicamente el problema de la vía respiratoria.
Aunque la parálisis de laringe y sus complicaciones postoperatorias pueden ser bastante graves, la mayoría de las familias que viven este problema con sus mascotas se sienten felices con la calidad de vida que se recupera con la cirugía. Cada vez es menos frecuente que la neumonía por aspiración resulte mortal y las mascotas pueden recuperarse por completo incluso en casos graves. La mayor parte de las mascotas no sufren estas complicaciones y viven bien una vez que recuperan la facilidad para respirar. Sin embargo, se debe considerar a cada mascota individualmente; hable sobre estas posibles complicaciones con su veterinario de atención primaria y su cirujano veterinario y seleccione el plan de control más adecuado para su mascota.