Otitis Externa

Associated Terms:
Infección de Oído, Infección del Oído Medio, Infección del Oído Interno, TECA, Ablación Total del Conducto Auditivo Externo, Otitis del Nadador

Resumen
Figura 1: El conducto auditivo externo (flecha gris) es vertical, o recto hacia arriba, en la parte cercana a su abertura exterior y, luego, se extiende horizontal, o acostado, a medida que se acerca a la membrana del tímpano. El oído medio (flecha negra) está separado del conducto auditivo externo por la membrana del tímpano o “membrana timpánica”. Este saco óseo, o bulla, contiene las aberturas hacia oído interno, donde se encuentran los órganos auditivos y del equilibrio.

La otitis externa es una inflamación del conducto auditivo externo. Debido a que los conductos auditivos externos de los perros tienen forma de L (figura 1), el líquido no drena fácilmente de las aberturas de los conductos. Además, el revestimiento del oído se puede inflamar y engrosar, bloqueando el flujo de aire y líquido hacia dentro y hacia fuera del conducto. Los animales con otitis externa también pueden desarrollar otitis media (inflamación del oído medio). De modo similar al problema que se produce en los niños (especialmente después de vuelos en avión), se puede acumular líquido detrás de la membrana del tímpano, provocando presión y dolor. La otitis externa y la media son enfermedades frecuentes en los perros, especialmente en razas concretas como el cocker spaniel y el pastor alemán.

En los cachorros y los gatitos, la otitis externa la provocan con frecuencia los ácaros del oído. Estos diminutos parásitos provocan un picor terrible y una secreción marrón espesa. En perros adultos, la causa subyacente más habitual son las alergias: sensibilidad a algún elemento del entorno o a la comida. En animales mayores, los tumores pueden provocar un bloqueo del conducto auditivo externo e infección secundaria.   Otras causas que contribuyen pueden incluir cuerpos extraños (como semillas de hierba), o conductos auditivos externos estrechos (se ven con frecuencia en los shar peis) o largas orejas colgantes (por ejemplo, basset hounds) que impiden el flujo de aire. También pueden estar presentes problemas hormonales, como una función tiroidea deficiente u otros trastornos de la piel subyacentes.

Manifestaciones Clínicas
Figura 2: Aspecto de un cocker spaniel con otitis externa grave en ambos oídos. Advierta el intenso engrosamiento con forma de coliflor en la zona del conducto auditivo externo.

Los perros con otitis externa posiblemente empiecen a presentar señales leves, pero progresan con el tiempo o los intentos fallidos de tratamiento a:

  • pueden rascarse las orejas o agitar la cabeza
  • las orejas pueden engrosarse y ponerse rojas en la parte interior y sin pelo
  • los oídos pueden tener un olor desagradable intenso
  • el conducto auditivo externo se bloqueará con el tiempo y tendrá un aspecto similar a una coliflor (figura 2)
  • puede aparecer una secreción blanca espesa procedente de los oídos de los perros si hay presencia de infecciones bacterianas

Debido a que la enfermedad es dolorosa, especialmente cuando resulta afectado el oído medio, las mascotas pueden presentar cambios de personalidad y conducta. Posiblemente eviten que les toquen la cabeza y se muestren incómodos al abrir mucho la boca o masticar alimentos. Además, el bloqueo del conducto auditivo externo reduce su capacidad de oír y hace que respondan menos a sus dueños.

Diagnóstico
Figura 3: TC de un carlino con un bloqueo del canal auditivo externo (flecha verde) como consecuencia de una infección crónica. El oído medio (flecha roja) se llena de líquido, y el tejido y el hueso circundante se engrosan.

Salvo que esté presente un tumor, cuerpo extraño o estrechamiento o bloqueo del canal auditivo externo, la otitis externa se trata habitualmente con medicamentos. En primer lugar, sin embargo, el veterinario de atención primaria debe determinar la causa subyacente de la enfermedad de oído. Posiblemente realice:

  • Un examen otoscópico para analizar el interior del canal auditivo externo con un endoscopio con luz. Así podrá ver si hay algo inusual en el conducto y tomar muestras del oído, para determinar si el perro tiene problemas con levaduras, bacterias o ácaros.
  • El cultivo de la secreción de los oídos determinará qué bacterias podrían estar presentes y a qué antibióticos podrían ser sensibles.
  • Radiografía o TC para evaluar el conducto auditivo externo y determinar si está afectado el oído medio (figura 3). Si el cartílago del conducto auditivo externo deja de ser flexible y se ha calcificado, probablemente sea necesaria una cirugía.
  • Análisis de sangre: función de la glándula tiroidea y bioquímica sanguínea para ver si hay signos de una enfermedad sistémica
  • Pruebas de alergias o raspados de piel para evaluar las alergias
Tratamentio

El tratamiento médico es preferible en mascotas que presentan inflamación y secreción de los conductos auditivos externos, pero no bloqueo. Se limpian y lavan los conductos auditivos externos e incluso puede ser necesario que el veterinario drene el oído medio para aliviar la acumulación de líquido. Se trata a las mascotas con un medicamento que mata ácaros, bacterias o levaduras, dependiendo del tipo de organismo que se haya encontrado en el conducto. Debido a que las mascotas con infecciones de oído se sienten incómodas, pueden recetarse analgésicos. Los animales con alergias pueden requerir inyecciones o cambios de dieta.

Las mascotas que tienen un tumor, separación traumática, calcificación u otro bloqueo del conducto pueden requerir la extracción del conducto auditivo externo. Esta cirugía es muy complicada y solo debe realizarla un cirujano veterinario certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS).

Opciones quirúrgicas:

  • Ablación total del conducto auditivo externo y osteotomía de la bulla

Cuando el canal auditivo externo se calcifica o bloquea por completo por un revestimiento engrosado o un tumor, es posible que haya que extraer todo el conducto auditivo externo (figura 4). Se deja la parte exterior de la oreja, pero puede caer un poco en perros con orejas rectas, como los pastores. El cirujano veterinario también tendrá que abrir el oído medio, o la bulla, para extraer el revestimiento y proporcionar drenaje. Debido a que los perros con otitis externa y media pueden tener conductos auditivos externos muy engrosados e inflamados, es posible que la cirugía sea larga y compleja y que el animal necesite analgésicos durante varios días después de la recuperación.

  • Ablación del conducto auditivo externo vertical

Ocasionalmente, la parte horizontal del canal auditivo externo está normal y solo es necesario extraer la parte recta hacia arriba o vertical. Este procedimiento es menos complicado que la extracción total del conducto auditivo externo y no requiere abrir y limpiar el oído medio. Aunque posiblemente el cirujano veterinario planifique la realización de una ablación del conducto auditivo externo vertical, puede descubrir durante la cirugía que debe extraerse todo el conducto auditivo externo, debido al alcance de la enfermedad que le afecta.

  • Procedimiento de resección del conducto auditivo externo lateral (“Zepp”)

Abrir el lateral del conducto auditivo externo permitirá que entre más aire, mejorará el drenaje y facilitará a los dueños la limpieza y medicación de los conductos (Figuras 5 y 6). Desafortunadamente, la mayor parte de los perros no muestra mucha mejoría después de este procedimiento, de modo que habitualmente se reserva para perros que nacieron con conductos auditivos externos estrechos.

Figura 4: El aspecto final después de cerrar la piel. Se inyecta en la zona anestesia local para que el perro esté más cómodo después de la cirugía.
Figura 5: Se abre el conducto auditivo externo lateral y se forma un sistema de drenaje procedente de la pared del canal auditivo externo.
Figura 6: Aspecto de una resección del canal auditivo externo lateral 10 días después de la cirugía. El hisopo de algodón se apoya en el nuevo sistema de drenaje y la parte horizontal del conducto auditivo externo se asienta justo por encima de este.
Cuidado Posteriores y Evolución
Figura 7: Parálisis de los nervios faciales y cabeza inclinada. Debido a la inflamación intensa del canal auditivo externo, este carlino tenía dañado el nervio facial y el oído interno antes de la cirugía. El labio y la lengua presentaban un descolgamiento hacia el lado izquierdo y necesitaba una pomada ocular porque no podía parpadear. La cabeza también se inclinaba hacia la izquierda. Estos cambios fueron permanentes.

La mayor parte de las mascotas regresan a casa en 3 – 7 días, dependiendo de su comodidad.

Las restricciones después de la cirugía habitualmente son:

  • un collar isabelino para evitar que se rasque la incisión del oído
  • gotas oculares durante dos semanas si la respuesta de parpadeo no es normal
  • analgésicos orales
  • es posible que se receten antibióticos si hay una infección grave
  • las suturas se retirarán 10 – 14 días después de la cirugía (si las hay)
  • el tratamiento médico de las enfermedades subyacentes, como alergias o una función tiroidea deficiente, tendrá que continuar de por vida, para impedir que reaparezcan los signos clínicos

Las complicaciones postoperatorias pueden incluir:

  • Daño en nervios faciales, que generen un parpadeo anormal o inexistente en el ojo del lado de la cirugía. Esto ocurre en un 25 – 50 % de los perros y en un 10 – 15 % el daño es permanente
  • Cabeza inclinada (figura 7) debido a la pérdida de equilibrio
  • Puede producirse una secreción del sitio quirúrgico de meses a años después de la cirugía si se dejaron tejidos secretores o algo de infección después de la cirugía original

Dado que la mayor parte de las mascotas con otitis externa tienen una audición deficiente antes de las cirugías, los propietarios no notan mucha diferencia en la capacidad auditiva de su perro después de la cirugía.

Los propietarios de determinadas razas de perros, como los cocker spaniels, deben estar preparados para problemas auditivos. Las orejas de estos perros deben examinarse una o dos veces al año, y cualquier infección de oído debe tratarse de inmediato para evitar la inflamación y el engrosamiento del conducto. Cualquier perro propenso a las alergias de piel o alimentarias también debe ser examinado anualmente.

El pronóstico del tratamiento quirúrgico de la otitis externa y media depende de la causa subyacente de la enfermedad. La ablación total del conducto auditivo externo con osteotomía de la bulla tiene éxito en un 90 – 95 % de los perros a la hora de resolver la secreción y las molestias del oído, pero los problemas pueden reaparecer si la enfermedad o las alergias subyacentes no se controlan. Las tasas de éxito a largo plazo son mucho menores con se ejecutan resecciones del conducto auditivo externo lateral en animales que tienen conductos auditivos externos gravemente enfermos.

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