La irritación de la piel alrededor de la vulva, o dermatitis del pliegue vulvar, se produce cuando hay exceso de piel o pliegues de piel alrededor de la zona perivulvar. Esto puede deberse a la obesidad, a la conformación de la raza o a una esterilización precoz (vulva juvenil). Estos pliegues cutáneos excesivos pueden provocar la acumulación de orina y secreciones vaginales. Se crea un entorno húmedo y oscurecido en el que pueden proliferar bacterias y levaduras, lo que da lugar a la dermatitis vulvar por pliegues (Figura 1). Esto también puede provocar infecciones urinarias recurrentes, infecciones vaginales e incontinencia urinaria. La episioplastia, también conocida como vulvoplastia, es un procedimiento quirúrgico reconstructivo que se realiza para eliminar el exceso de pliegues cutáneos alrededor de la vulva, con el fin de proporcionar una mejor ventilación de la zona.
- Lamerse la vulva
- Arrastrar la zona vulvar por el suelo
- Mal olor y/o flujo vaginal
- Micción frecuente o con sangre
- Piel roja e irritada alrededor de la vulva
- Micción inadecuada o incontinencia
Su veterinario realizará una exploración completa de su mascota para asegurarse de que no existen otros problemas subyacentes. Esta enfermedad suele diagnosticarse mediante una exploración física. Sin embargo, también deben identificarse y tratarse las enfermedades secundarias. Por lo tanto, es probable que su veterinario realice análisis de sangre para comprobar la función renal y detectar signos de infección. Las pruebas son hemograma completo, bioquímica sérica y análisis de orina. También puede ser necesario un cultivo de orina. También pueden recomendar pruebas cutáneas de cualquier infección activa de la piel que rodea la vulva. Esto podría incluir un raspado de la piel, una citología y/o un cultivo. Una ecografía de la vejiga también puede ayudar a descartar otras causas de disfunción urinaria, como una masa tumoral o uréteres ectópicos.
El tratamiento médico de la dermatitis vulvar por pliegues con antibióticos orales, antibióticos tópicos, agentes limpiadores, secantes o lociones puede resultar eficaz, pero a menudo no es beneficioso. En la mayoría de los casos, la cirugía está justificada. Las infecciones activas deben eliminarse antes de la cirugía, por lo que su cirujano probablemente iniciará estos tratamientos para preparar a su mascota para el procedimiento más eficaz.
El tratamiento quirúrgico (episioplastia) es un procedimiento reconstructivo destinado a eliminar los pliegues de piel sobrantes alrededor de la vulva. La cantidad de piel perivulvar que debe extirparse se determina pinzando la piel sobrante entre los dedos pulgar e índice. Se practica una incisión en forma de media luna alrededor de la vulva y se elimina el exceso de piel y el tejido subcutáneo (Figura 2). Se cierra la herida y se extrae la vulva de la piel sobrante.
Es muy importante dar tiempo a que cicatrice el lecho quirúrgico para obtener el mejor resultado posible. Las mascotas deben permanecer confinadas y se les debe impedir que laman o froten el lecho quirúrgico hasta que esté completamente curado. Se necesitará un collar isabelino o un vendaje para proteger la zona. Se recomienda el uso de analgésicos orales y antibióticos. Las compresas frías en la zona después de la intervención pueden ayudar a reducir la inflamación.
Entre las complicaciones de este procedimiento se incluyen la apertura de la herida (dehiscencia), infección o la extirpación insuficiente de piel. También es importante tener en cuenta que esta afección puede complicarse por otros factores, por lo que es posible que la cirugía no resuelva por completo los signos clínicos.
El pronóstico tras la episioplastia es excelente tras la cicatrización. Se debe vigilar a las mascotas por si reaparecen los signos y debe procurarse que estén delgadas para evitar que aparezca más exceso de piel.