Un uréter ectópico es una anomalía del uréter (el tejido tubular que conecta el riñón con la vejiga urinaria) por la que el uréter no entra en la vejiga urinaria en la posición anatómica correcta. Esta anomalía es algo con lo que nacen perros y gatos, y que puede afectar a uno o ambos uréteres. El uréter ectópico puede tunelizarse dentro del tejido vesical antes de abrirse en una ubicación anormal (intramural) o el uréter distal puede implantarse en un área anormal sin tunelización (extramural). También se pueden observar anomalías congénitas adicionales de los riñones y las vías urinarias.
Los síntomas de un uréter ectópico pueden producirse en los cachorros o gatitos pequeños o, en ocasiones, en los adultos jóvenes. Las perras tienen 20 veces más probabilidades de ser diagnosticadas con uréteres ectópicos si pertenecen a determinadas razas, entre las que se incluyen Golden y Labrador retrievers, Skye Terriers, etc.
- Incontinencia urinaria (fugas) continua o intermitente o accidentes urinarios
- Dificultades en el entrenamiento relacionado con hacer sus necesidades
- Fugas urinarias al tumbarse y/o dormir
- Análisis sanguíneo: hemograma completo, grupo de pruebas de bioquímica, análisis de orina y cultivo
- Radiografías (rayos X) con contraste (tinte especial) administrado por vía i.v. para ayudar a resaltar el riñón y las vías urinarias. Figura 1
- Ecografía para evaluar las anomalías anatómicas y valorar cualquier flujo de orina anormal
- Tomografía computarizada (TC) con contraste para evaluar las vías urinarias. Figura 2
- Vaginouretrografía con cistoscopia: una cámara introducida en la vagina, uretra y vejiga urinaria para evaluar las aberturas ureterales distales. Figura 3
Los cuidados posteriores de estos pacientes dependen del enfoque del tratamiento. Si se utiliza un método abierto para acceder al abdomen, se aconsejan 2 semanas de restricción de la actividad con cuidado de la incisión. Si resulta recomendable y se utiliza un enfoque mínimamente invasivo empleando cistoscopia, los pacientes pueden volver a la actividad normal mucho antes. Se aconseja realizar un seguimiento con análisis de orina y cultivos en serie.
Los principales riesgos posquirúrgicos incluyen incontinencia continuada, fugas de orina en el abdomen, estenosis del sitio quirúrgico, infección urinaria, etc. En algunos casos de incontinencia continua, se puede lograr una mejora adicional con la incorporación de medicamentos, para ayudar al esfínter uretral a fortalecerse y/o con la colocación de un esfínter uretral artificial ajustable. Los pacientes de sexo masculino con incontinencia urinaria secundaria a uréteres ectópicos pueden tener tasas de éxito superiores (70-80 %) a los de sexo femenino después de la intervención quirúrgica. Lamentablemente, incluso con intervención quirúrgica y tratamiento médico, un 25-70 % de las pacientes de sexo femenino pueden seguir presentando una incontinencia urinaria persistente.