Resumen

Un uréter ectópico es una anomalía del uréter (el tejido tubular que conecta el riñón con la vejiga urinaria) en la que el uréter no entra en la vejiga urinaria en la posición anatómica correcta.  Esta anomalía es algo con lo que nacen perros y gatos y puede afectar a uno o a ambos uréteres.  El uréter ectópico puede tunelizarse dentro del tejido vesical antes de abrirse en una localización anómala (intramural) o puede implantarse en una zona anómala sin tunelizarse (extramural).  También pueden observarse otras anomalías congénitas de los riñones y las vías urinarias.

Manifestaciones Clínicas

Los síntomas de un uréter ectópico pueden aparecer en un cachorro o gatito o, a veces, en un adulto joven.  Se sabe que las perras tienen 20 veces más probabilidades de ser diagnosticadas de uréteres ectópicos y que ciertas razas se ven afectadas con mayor frecuencia, como los Golden y Labrador retrievers, Skye Terriers, etc. Entre los síntomas se pueden incluir:

  • Incontinencia urinaria continua o intermitente (pérdidas) o escapes urinarios.
  • Dificultad para aprender a controlar los esfínteres
  • Pérdidas de orina al tumbarse y/o dormir
  • Goteo de orina
  • Infecciones urinarias recurrentes
Diagnóstico

Su veterinario puede sospechar la presencia de uréteres ectópicos en función de la edad, la raza y los antecedentes. Se recomienda realizar un estudio completo para descartar otras causas de los síntomas. Para ello, es posible que se realicen análisis de sangre que incluyan hemograma completo, bioquímica, análisis de orina y cultivo. Las radiografías (rayos X) pueden utilizarse para detectar cálculos u otras anomalías abdominales. En una ecografía abdominal también se pueden detectar cálculos o problemas de vejiga. En algunos casos, los uréteres ectópicos pueden verse en la ecografía. Para el diagnóstico definitivo de uréteres ectópicos suele ser necesario recurrir al diagnóstico por imagen avanzado. Se trata de utilizar un contraste intravenoso con radiografías (Figura 1) o una tomografía computarizada (TC) (Figura 2) para resaltar las vías urinarias y detectar dónde se implantan los uréteres. Un examen endoscópico mediante vaginouretrografía con cistoscopia consiste en introducir una cámara en la vagina, la uretra y la vejiga urinaria para evaluar los orificios ureterales distales. Figura 3b Algunos tipos de uréteres ectópicos también pueden tratarse al mismo tiempo con esta técnica.

  • Análisis de sangre: hemograma completo, bioquímica, análisis de orina y cultivo
  • Radiografías (rayos X) con contraste (colorante especial) administrado por vía intravenosa para ayudar a resaltar el riñón y las vías urinarias. (Figura 1)
  • Ecografía para detectar anomalías anatómicas y evaluar cualquier flujo de orina anómalo.
  • Tomografía computarizada (TC) con contraste para evaluar las vías urinarias. (Figura 2)
  • Vaginouretrografía con cistoscopia: introducción de una cámara en la vagina, la uretra y la vejiga urinaria para evaluar los orificios ureterales distales. (Figura 3b)
Figura 1
Figura 2
Figura 3
Tratamentio

Dependiendo del tipo de uréteres ectópicos, las opciones de tratamiento pueden variar.  Las opciones quirúrgicas para los uréteres ectópicos intramurales pueden incluir la extirpación quirúrgica del tejido anómalo mediante un abordaje quirúrgico abierto de la vejiga.  Una técnica alternativa mínimamente invasiva emplea el uso de equipos LÁSER guiados por vídeo para abrir la porción anómala del uréter y situarla en la ubicación deseada.  En el caso de uréteres ectópicos supuestamente extramurales, la técnica recomendada consiste en cortar el uréter desde su ubicación anómala y realizar una nueva abertura en una ubicación más adecuada y volver a unirlo a la vejiga urinaria.

Cuidado Posteriores y Evolución

Los cuidados postoperatorios de estos pacientes dependen del enfoque del tratamiento. Si se realiza un abordaje abierto del abdomen, se recomiendan 2 semanas de restricción de la actividad con cuidado de la incisión. Si se realiza un abordaje mínimamente invasivo mediante cistoscopia, los pacientes pueden volver a su actividad normal mucho más rápido.  Se recomienda realizar análisis de orina y cultivos seriados de seguimiento.

Los principales riesgos postoperatorios son la incontinencia continuada, las pérdidas de orina en el abdomen, la estenosis del lecho quirúrgico y la infección urinaria. En algunos casos de incontinencia continuada, se puede conseguir una mayor mejoría con la incorporación de medicación para ayudar con el tono del esfínter uretral y/o la colocación de un esfínter uretral artificial ajustable. Los machos con incontinencia urinaria secundaria a uréteres ectópicos pueden tener mayores tasas de éxito (70-80 %) que las hembras tras la intervención quirúrgica. Desafortunadamente, incluso con intervención quirúrgica y tratamiento médico, el 25-70 % de las pacientes pueden seguir padeciendo incontinencia urinaria persistente.

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