Una fuente muy habitual de cojera de aparición repentina en los caballos es el absceso del casco. Casi todos los propietarios de caballos pasan por esta situación tarde o temprano; el caballo tiene la pata inmóvil, la levanta ligeramente o la pone en posición de reposo, y se muestra poco dispuesto a cargar peso sobre ella. En ocasiones, el caballo tiene tanto dolor que no quiere apoyarse en absoluto sobre la pata y esto suele suceder de repente (es decir, estaba bien a primera hora del día o ayer). Es posible que el caballo tiemble o sude, dado que algunos de estos abscesos pueden ser muy dolorosos.
El origen del dolor es una infección, atrapada entre las paredes duras del casco y el hueso del casco. La presión de la infección y la hinchazón de los tejidos blandos/láminas provocan que esta enfermedad sea muy dolorosa. La mayor parte de estas enfermedades se pueden controlar con mucha facilidad si reciben atención médica inmediata por parte de su veterinario de atención primaria, aunque en un pequeño número de casos, pueden requerir una intervención quirúrgica más agresiva.
El caballo puede presentar uno o más de los siguientes signos:
- Cojera de aparición repentina
- Pulso digital elevado/incrementado
- Casco caliente
- Fiebre (>101.5 °F [38.5 °C])
- Celulitis/hinchazón de la extremidad inferior, por encima del casco afectado
- Pata inmóvil, ligeramente elevada o en posición de reposo
- Poca disposición a cargar peso sobre la pata
- Temblando o sudando con una frecuencia cardíaca elevada
- Respuesta positiva a las pinzas para examinar cascos
El veterinario de atención primaria puede:
- Realizar un examen físico
- Limpiar el casco
- Utilizar las pinzas para examinar cascos para identificar zonas localizadas de sensibilidad intensa a la presión
- Quitar una herradura, si hay una puesta
- Puede utilizarse una cuchilla para cascos para abrir con cuidado el absceso a través de la suela/parte inferior del casco, proporcionando una vía de drenaje para el pus, y permitiendo también que se pueda remojar, medicar y vendar la zona.
Como ocurre con la mayor parte de las enfermedades, hay ocasiones en las que una situación puede volverse más complicada. En ocasiones, la infección del casco no forma un absceso diferenciado o, si el absceso no se resuelve de manera oportuna, puede extenderse hacia el interior del casco e infectar el hueso del casco directamente (osteomielitis). En estas situaciones, drenar simplemente el absceso y tratar con antibióticos no curará la infección, porque ha invadido una zona del hueso del casco.
Se puede sospechar que un absceso de casco sin complicaciones se ha convertido en una osteomielitis cuando el absceso y la cojera no responden en el período de tiempo habitual o si se produce un drenaje continuado durante un tiempo prolongado. Pueden utilizarse radiografías para confirmar el diagnóstico (figura 1). Es necesario recurrir a la cirugía para eliminar el hueso infectado y los tejidos blandos asociados.
Como ocurre con la mayor parte de las enfermedades, hay veces en las que una situación puede volverse más complicada. A veces, la infección del casco no forma un absceso definido o si el absceso no se cura de manera oportuna, puede extenderse hacia el interior del casco e infectar el hueso del casco directamente (osteomielitis). En estas situaciones, solo drenar el absceso y tratar con antibióticos, no curará la infección del hueso, porque ha desvitalizado o destruido e invadido una zona del hueso del casco.
Se puede sospechar que un absceso de casco sin complicaciones se ha convertido en una osteomielitis cuando el absceso y la cojera no responden en el período de tiempo normal o si se produce un drenaje continuo durante mucho tiempo. Pueden hacerse radiografías para confirmar el diagnóstico (figura 1). Es necesaria una cirugía para eliminar el hueso enfermo y desvitalizado, y los tejidos blandos infectados.
Médico:
- El veterinario abre con cuidado el área de sensibilidad y el absceso subyacente para permitir el drenaje, el remojo, la aplicación directa de medicamento y el vendaje.
- También pueden recetarse medicamentos antibióticos y antiinflamatorios.
- Una vez que el absceso deja de drenar y se resuelve, la zona debería curarse y queratinizarse, lo que significa que el tejido cicatrizante produce una sustancia cornea que se vuelve dura como el resto del casco. Se puede volver a colocar la herradura una vez que ha ocurrido esto y el caballo puede prescindir del vendaje y volver al trabajo.
Quirúrgico:
- Los cirujanos veterinarios certificados por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS) tienen experiencia y capacidad para tratar la osteomielitis del hueso del casco y contarán con herramientas y métodos especializados que resuelven con eficacia y rapidez la infección, lo que minimiza el tiempo de inactividad y las molestias del caballo.
- El desbridamiento quirúrgico del hueso del casco se lleva a cabo generalmente como una cirugía en posición erguida en un entorno hospitalario, con el caballo sedado, con anestesia local (bloqueos locales) en el casco y con la ayuda de un torniquete.
- Se utiliza un taladro motorizado (herramienta de Dremel) para perforar un pequeño orificio en la pared del casco sobre la lesión (resección de la pared del casco). Figura 2.
- El abordaje de la infección del hueso a través de la pared del casco en lugar de a través de la suela permite obtener un acceso completo a la zona y proporciona una comodidad postquirúrgica inmediata. Los abordajes a través de la suela pueden generar un enorme dolor con posterioridad al procedimiento y la necesidad de utilizar herraduras especiales con placas de tratamiento y vendajes.
- Es posible que se trate al caballo con antibióticos sistémicos y antibióticos administrados mediante perfusión regional de una extremidad (PRE). Un cultivo bacteriano del tejido infectado que se ha obtenido en la cirugía sirve para orientar la elección del tratamiento antibiótico. Con una PRE, se utiliza un torniquete para aislar el dedo y una dosis elevada de antibióticos se administra en una vena o arteria de la zona aislada. De este modo, pueden alcanzarse niveles de antibióticos en los tejidos muy elevados. Debido a que los niveles máximos de antibióticos en los tejidos determinan su eficacia y debido a que una PRE permite niveles de antibióticos mucho mayores en los tejidos locales, en comparación con otros métodos (orales, intravenosos), las PRE han demostrado ser un modo muy bueno de tratar infecciones óseas localizadas. El procedimiento se realiza habitualmente varias veces en los días siguientes a la cirugía.
- Otra excelente herramienta que se puede utilizar en los días posteriores al desbridamiento quirúrgico del hueso del casco es una larva de mosca que se produce específicamente para este fin. Se pueden colocar Medical Maggots™ en el sitio quirúrgico para completar la eliminación de tejido muerto después de realizar la cirugía. Se producen de forma estéril para el desbridamiento de tejido necrótico en las heridas. La larva de la mosca solo consume tejido muerto y necrótico y lo hace a un nivel muy minucioso (figura 3).
Después de la resección de la pared del casco y del desbridamiento quirúrgico del hueso del casco infectado, el casco se mantiene con un vendaje estéril, que se cambia cada 48 horas hasta que el lecho de la herida se queratiniza (figura 4). Es posible que continúe la administración de medicamentos antibióticos y antiinflamatorios, en base a los resultados de los cultivos y las pruebas de sensibilidad, además del progreso del caballo. Después de esto, se mantiene un vendaje más ligero simplemente para mantener a los residuos alejados del defecto. El defecto de la pared del casco se regenerará a lo largo de un par de meses. En general, la pared del casco crece a una velocidad de aproximadamente un centímetro al mes. Una vez que se haya regenerado la pared del casco, este será, por lo general, de tan buena calidad como si fuese nuevo.