La osteocondritis disecante (OCD) es una enfermedad del desarrollo bastante habitual del cartílago y el hueso de las articulaciones de los caballos. Provoca signos clínicos de enfermedad en el 5-25 % de los caballos y puede producirse en todas las razas de caballo. El cartílago en las articulaciones con OCD no se forma normalmente; esto hace que el cartílago y el hueso que hay por debajo tengan un grosor irregular y sean más débiles que en las articulaciones normales. Esto puede provocar colgajos de cartílago y hueso que quedan en parte unidos al hueso o se sueltan y flotan alrededor de la articulación. Estos colgajos sueltos y las áreas anormales de cartílago y hueso producen inflamación en la articulación y, con el tiempo, puede aparecer artritis. La OCD comienza normalmente por una combinación de factores que actúan juntos, entre ellos:
- Crecimiento rápido y gran tamaño corporal.
- Nutrición: dietas con un contenido alto de calorías o con un desequilibrio en los oligoelementos (dietas bajas en cobre).
- Genética: el riesgo de OCD puede ser, en parte, hereditario.
- Desequilibrios hormonales: insulina y hormonas tiroideas.
- Traumatismo y ejercicio: con frecuencia un traumatismo (o un ejercicio rutinario) es la causa de la formación y desprendimiento del colgajo de la OCD.
El signo más habitual es el derrame (hinchazón) en la articulación de un caballo joven (figura 1). Los signos se ven incluso ya a los 5 meses de edad, pero pueden no aparecer hasta que el caballo empiece a trabajar. La cojera varía con el lugar y la gravedad de la OCD: la mayor parte de los caballos caminan bien, pero pueden tener cojera a mayores velocidades o mientras trabajan. Las OCD pueden producirse prácticamente en todas las articulaciones, pero se producen con más frecuencia en las articulaciones del corvejón, la babilla y el menudillo.
Los caballos con mucha cojera e hinchazón en las articulaciones probablemente tengan un problema más grave y necesiten un examen urgente. Si el caballo tiene una articulación hinchada, deberá examinarlo el veterinario de atención primaria para diagnosticar OCD y descartar otras causas. El veterinario probablemente quiera hacer las siguientes pruebas de diagnóstico:
- Examen físico
- Examen de la cojera
- Radiografías (figura 2)
La OCD se produce con frecuencia en los dos lados, por lo que deben hacerse radiografías de la otra articulación, aunque haya poca o ninguna hinchazón en ella. En ocasiones, un fragmento de OCD está formado por completo por cartílago (no contiene hueso) y, por tanto, no puede verse en la radiografía; en estos casos, solo podría verse un defecto en el hueso principal. A veces, los caballos más viejos reciben diagnósticos de OCD de forma incidental sin signos clínicos visibles.
Las recomendaciones posoperatorias dependen del lugar y la gravedad de la OCD, pero normalmente hace falta un período de descanso en el establo y luego ejercicio progresivo. La vuelta al entrenamiento completo puede tardar varios meses. Es posible que sea necesario colocar vendajes postoperatorios en algunas ubicaciones de OCD y también que se receten medicamentos, como antiinflamatorios. También puede ser necesario un examen de seguimiento y quitar las suturas. En cada caso, el cirujano veterinario hará las recomendaciones específicas sobre los cuidados posteriores.
El pronóstico respecto a la actividad atlética va de bueno a excelente en la mayor parte de las OCD que reciben tratamiento quirúrgico. Algunas ubicaciones de OCD, como el hombro, pueden tener un pronóstico reducido. En general, si la lesión de OCD no se elimina, se reducirá el pronóstico de salud de cara al futuro. Es importante comentar el resultado previsto, incluido el aspecto de la articulación operada, con el cirujano veterinario durante la selección del tratamiento.