Lesiones del Tendón de Aquiles

Associated Terms:
Lesiones del Tendón Calcáneo, Rotura del Tendón Gastrocnemio

Resumen

El tendón de Aquiles o tendón calcáneo común está compuesto por muchos tendones de varios músculos diferentes de la extremidad trasera. Sus principales componentes son el músculo flexor digital superficial y su tendón, el tendón gastrocnemio y el tendón combinado de los músculos gracilis, semitendinoso y bíceps femoral. El tendón de Aquiles puede sufrir muchas lesiones, pero hay dos tipos principales de lesiones más comunes.

  • traumáticas (laceraciones, traumatismo por objeto contundente, estiramiento/tirón intensos)
  • no traumáticas (de naturaleza crónica y degenerativa)

Cualquier perro o gato puede sufrir daños en el tendón de Aquiles por un traumatismo externo (por ejemplo, bordes afilados que entran en contacto con el tendón). En cuanto a las lesiones no traumáticas, pueden verse en cualquier raza de perro o gato, pero los labrador retriever y los dóberman son los que más las sufren. La causa de este trastorno crónico degenerativo puede deberse a lesiones repetitivas.

Manifestaciones Clínicas

Los signos de lesión en el tendón de Aquiles pueden variar. Muchos animales cojearán de esa extremidad, con un grado variable de hinchazón alrededor de la lesión. Si el tendón de Aquiles se ha roto por completo, el animal caminará «con los pies planos» o «agachado» (postura plantígrada) y los dedos pueden estar arqueados hacia abajo (en una posición similar a las pinzas de un cangrejo), como si estuviera intentando agarrar el suelo (figura 1). La razón de esta posición «en pinza de cangrejo» es que todos los componentes del tendón, excepto el tendón flexor digital superficial, se han roto o seccionado. Toda la tensión y todo el peso se aplican entonces sobre el tendón flexor digital superficial, lo que hace que los dedos se flexionen.

Figura 1: gato con una lesión en el tendón de Aquiles en postura plantígrada.

 

 

Diagnóstico

El examen físico es muy importante para diagnosticar y localizar la lesión, así como para identificar qué terapias podrían ser necesarias. El veterinario también podría recomendar otras pruebas para diagnosticar el problema, como radiografías (figura 2) y una ecografía (figura 3) u otros métodos avanzados de diagnóstico por imagen, como una TC o una RM.

Figura 2: radiografía de un perro con una lesión del tendón de Aquiles.
Figura 3: ecografía de un perro con una lesión del tendón de Aquiles.

 

Tratamentio

Las opciones de tratamiento son diversas y dependen de las preferencias y la experiencia del cirujano veterinario. En función de su gravedad, algunas lesiones pueden tratarse con medicamentos junto con elementos de soporte externo (elementos ortopédicos, escayolas o férulas). El veterinario de atención primaria puede referir la intervención a un cirujano veterinario certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés). La mayoría de las reparaciones se llevan a cabo quirúrgicamente volviendo a unir los extremos sanos del tendón con puntos de sutura, una malla u otros tipos de injerto. La mayor parte de estas reparaciones del tendón necesitan protección después de la intervención para evitar la carga excesiva de peso en el tendón que se está curando. Existen diversas opciones para inmovilizar la parte inferior de la extremidad, como escayolas, férulas, elementos ortopédicos personalizados, tornillos temporales (figura 4), fijadores esqueléticos externos rectos o fijadores circulares (figura 5). Hay que proteger la reparación quirúrgica durante un promedio de 6-12 semanas, dependiendo de la opción que el cirujano veterinario considere mejor para el animal. Se están desarrollando tratamientos nuevos que pueden usarse junto con las reparaciones más tradicionales, como el uso de plasma rico en plaquetas y de células madre.

Figura 4: radiografía posoperatoria de un perro con una lesión del tendón de Aquiles. El tobillo se ha inmovilizado temporalmente con dos tornillos. Estos tornillos podrán extraerse cuando el tendón se haya curado.
Figura 5: se ha usado un fijador esquelético externo circular para inmovilizar el tobillo y proteger la reparación del tendón. El fijador se retirará cuando el tendón haya terminado de curarse.
Cuidado Posteriores y Evolución

Los cuidados posteriores suelen incluir una actividad muy restringida durante 6-12 semanas después de la intervención y la protección de la reparación quirúrgica durante ese período con las opciones mencionadas más arriba. Si el cirujano veterinario ha colocado una escayola o una férula en la extremidad del animal, será necesario cambiar el vendaje con regularidad y supervisarlo mientras esté colocado. Si se usan elementos ortopédicos, puede ajustarse repetidamente el dispositivo para aumentar los niveles de tensión sobre el tendón durante las fases de recuperación y curación. A menudo está indicada la fisioterapia, sea en casa siguiendo las instrucciones del cirujano o con un fisioterapeuta veterinario certificado, para restablecer una amplitud de movimiento adecuada del tarso.

Las posibles complicaciones incluyen que el tendón se vuelva a romper o que se abra el lugar de la cirugía. Suelen poder evitarse con los cuidados posoperatorios y las restricciones adecuadas.

Por lo general, el pronóstico es muy bueno para la mayoría de las lesiones. El 70-94% de los perros consiguen un retorno de la funcionalidad entre bueno y excelente.

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